El mentor de L'Ermita (Priorat), La Faraona (Bierzo), Propiedad (Rioja) y otros grandes vinos se convierte en el tercer español que alcanza el Olimpo de los Man of The Year de la famosa revista especializada.


Aunque la canonización de Álvaro Palacios como Man of The Year de Decanter quedará oficialmente estampada en la portada de la prestigiosa revista vinícola británica del mes de abril, tanto la publicación como el propio bodeguero se han encargado de anunciar la buena nueva con bombo y platillo tras la cena que tuvo lugar el pasado 5 de marzo en The Lotos Room del Beaumont Hotel de Londres, durante la cual Palacios recibió la placa que le acredita como "hombre del año" del 2015. Sarah Kemp, directora de la revista, explicó entonces que el bodeguero "se une a la lista de Decanter en reconocimiento al papel de liderazgo que ha desempeñado en la industria del vino español. Él ha estado a la vanguardia de la revolución de la calidad de España y su pasión y dinamismo han sido una inspiración para todos. Hoy, España es considerada como una de las regiones vitivinícolas más emocionantes y dinámicas del mundo, en gran medida debido al ejemplo de Álvaro Palacios”.

Considerando que desde el año 1984, cuando Decanter instituyó este galardón, tan sólo tres españoles (Juan Ignacio Domecq y Miguel Torres son los otros dos) han podido ingresar en el Olimpo de los popes vinícolas globales promovido por esta publicación, la designación de Álvaro Palacios como Man of the Year es una excelente noticia para el universo enofílico patrio.

Amén de aplaudir a rabiar, que es lo que toca en este caso, hay que reconocer que el bodeguero riojano ha conseguido por derecho propio ingresar en la elite de las personalidades más destacadas señaladas por Decanter.
Miembro de una familia enraizada en la producción vinícola desde hace cinco generaciones (su padre fundó, en 1948, la bodega riojana Palacios Remondo), se formó como enólogo en Burdeos y recogió experiencia en Petrus (Burdeos) y Stags Leap (Napa Valley) antes de convertirse en uno de los pioneros del nuevo Priorat a finales de la década de 1980. En aquel territorio, Álvaro Palacios ha dado a luz algunos de sus vinos más monumentales, como L'Ermita y Finca Dofi.
Más tarde, junto a su sobrino Ricardo Pérez, Palacios descubrió la grandeza de los viñedos del Bierzo, firmando allí otras joyas: La Faraona, Moncerbal, Corullón

Hoy, el bodeguero a vuelto la mirada a sus orígenes para poner el relieve la riqueza de la Rioja Baja, reinventando los vinos de la bodega familiar y pergeñando algún otro que pronto llegará al mercado.

Con tantos vinos –casi una veintena– en las tres regiones, hay que tener en cuenta que Palacios ya no se obsesiona con elaborar vinos estratoféricos; hoy le importa mucho más producir aquellos que reflejen su origen de la manera más fiel, con este argumento: "Cuando más se cierra el círculo geográfico, mejor se define el carácter del vino". En otras palabras: pueblo chico, vinos grandes.   

Enhorabuena, Álvaro.

Federico Oldenburg

Federico Oldenburg

Periodista especializado en vinos y destilados, colaborador de numerosos medios internacionales y jurado de los más prestigiosos certámenes vinícolas.

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