El ganador de dos Goyas, José Luis López Linares, se embarcó en un documental de creación sobre el Jerez y el vino, su mayor exponente, y abre un debate sobre el secreto de un vino que para algunos es fruto de un error, para otros un arte irrepetible: el Palo Cortado. El resultado son 89 minutos de historia viva, una auténtica sinfonía para los amantes del vino sobre “una clase casi olvidada y su regreso a la mesa”, dice el propio López Linares que presenta ahora Jerez y el misterio del palo cortado en la Cineteca.  

Los madrileños tendrán la oportunidad de verlo durante estos tres días exclusivos antes de que prosiga su gira internacional por los Festivales de cine de Seattle, Edimburgo y Montreal.

El pasado junio se comenzó a grabar las primeras imágenes y encuentros que formarán parte del metraje del documental que produce Antonio Saura. Frente a las cámaras que se montaron en las instalaciones de Bodegas Tradición solo había un objetivo empezar a desentrañar los  secretos del gran tesoro del mapa vinícola español y con esa voluntad quiere convertirse en un nuevo género, thriller enológico, que al tiempo que una indagación, un disfrute, un debate y un descubrimiento sobre el maravilloso y desconocido mundo del vino de Jerez, su región y sus gentes. 

Paco Pérez (‘Miramar’), Dabiz Muñoz (Diverxo), Andoni Aduriz (Mugaritz), Ricardo Sanz (Kabuki Wellington), Josep “Pitu” Roca (El Celler de Can Roca), María José Huertas (La Terraza del Casino), Antonio Flores (Gonzalez Byass), Eduardo Ojeda (Valdespino), José María Quirós (Tradición), Jan Petersen (Fernando de Castilla), Jesús Barquín (Equipo Navazos), Adela Córdoba (Pérez Barquero) y periodistas como Juan Manuel Bellver o Alberto Fernández Bombín, entre otros, han debatido sobre el pasado, el presente y el futuro de un vino único en el mundo. 

José Luis López Linares adelantó en su momento que “esta película es un tributo al placer por unos devotos de la felicidad. Nuestro propósito es defender la opinión, atribuida a Platón, de que ‘nada más excelente o valioso que el vino fue nunca ofrecido por los dioses al hombre’. Un vino bebido a la hora precisa, en el lugar apropiado y con la compañía adecuada abre un sendero de meditación y un espacio de paz. Porque el vino no es sólo un objeto de placer, también es un objeto de conocimiento. Y el placer depende del conocimiento. El vino de Jerez es como el destilado de un lugar, de un tiempo, de una cultura."

Cineteca del Matadero Madrid  – Plaza de Legazpi, 8 Madrid.