Marcela Arango y Camilo Ramírez son los chefs y dueños de un pequeño restaurante ubicado en una zona donde nadie se atrevería a poner uno. La ciudad universitaria. Un rincón cruzado por estudiantes que entre semana va bien, en fin de semana, como dicen ellos: La bola de heno.

DIRECCIÓN: Carrera 8 # 40b – 18 Bogotá .COLOMBIA

CONTACTO: 57 1 5700218   http://elciervoyeloso.co/


TIPO DE COCINA: Colombiana

DÍAS DE CIERRE:Domingo cena


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APROPIADO PARA: Entorno rural

TIPO DE DECORACIÓN: Hipster



Milena Cardenas
VALORACIÓN 7/10

En una antigua casa sin intervención arquitectónica, entrando por un garaje dorado que simula un zaguán iluminado tenuemente con comedores tipo diner, de cocina reducida, escaparate para exhibir postres, salón con buenos comedores, piso de mosaico y un rezo en la pared que dice: “Sentarnos a la misma mesa a comer con el corazón” es el hogar de El Ciervo y El Oso.

El restaurante de Marcela Arango y Camilo Ramírez. Chefs y dueños de un pequeño local de comida joven ubicado en una zona donde nadie se atrevería a poner uno. La ciudad universitaria. Un rincón cruzado por estudiantes que entre semana va bien, en fin de semana como dicen ellos: la bola de heno.

¿Por qué se llaman El Ciervo y El Oso? Marcela es vegetariana y Camilo es carnívoro. No creen qué es un estupendo nombre para juntar una población que en teoría se odiarían pero que a la hora de comer comparten el mismo gusto, amor por la comida.

La cocina de Marcela y Camilo es hípster y atrevida en boca. Es la nueva comida colombiana con giros modernos tanto en sabores como en presentación. Si usted es un arriesgado de paladar tal vez su próxima parada pueda ser en El Ciervo y El Oso en la ciudad de Bogotá.

El menú contempla los múltiples viajes de ambos chefs que son pareja y sus experiencias con ingredientes alrededor del mundo. El listado de platos se resume en 4 entradas y 4 fuertes tipo Ciervo y Oso para un total de 16 platos.

Para los vegetarianos hay carimañolas de queso costeño con salsa de berenjenas ahumadas y berenjenas confitadas con panela. Esta combinación es un acierto. Las berenjenas dulces son un legado de la tradición árabe que llegó a Colombia por la Costa Atlántica.

Su plato estrella es la hamburguesa de quinua con mermelada de tomates, queso campesino asado y pepinillos. Es muy buena. Le sigue el tabule andino con papitas rojas, criollas y tomates asados. Una mezcla muy alegre y nuevamente presente la quinua. Este plato lo pueden pedir los “osos” con adición de pollo ahumado o pulpo asado.

De las entradas que los Osos no se pueden perder están las lumpias de cordero cocinadas en cerveza negra acompañadas con alioli de romero, salsa de borojó y miel. De los fuertes el morrillo con puré de maíz pira, vegetales de temporada y envueltos de mazorca. Ambos de todo mi gusto.

A los platos del Ciervo y el Oso le combinan las bebidas nacionales como la aguapanela con limón y mandarina (Un refresco que se hace a partir de la panela que se fabrica del último jugo de la caña de azúcar) jugos de ciruela, patilla y limón. Piña, fresas y rosas. Buenísimo, uchuva, mango y hierbabuena, entre otros, servidos en frascos de conservas.

Como la zona no da para que todos los días sus residentes coman a la carta porque la mayoría son universitarios y oficinistas, Marcela y Camilo diseñaron a la hora del almuerzo dos menús corrientes que se repiten en seis meses. Ciervo de 14.500 pesos (5,19 €) y Oso de 16.500 pesos (5,91 €). En la noche opera el menú normal.

Los postres son sencillos y presentados en envases de vidrio pequeño. Tienen una base crocante y un relleno cremoso que hacen con frutas locales. Me gustan, pero no me hacen ilusión. Cada semana los rotan.

La cocina de El Ciervo y el Oso es un cumplido a la riqueza y biodiversidad de Colombia. La frase favorita de los chefs es “democratización de la cocina” que hace referencia a buenos precios para buenos platos donde el gasto no supere los 90.000 pesos por persona, (32,22 €).

Nota: Echo de menos el sánduche de conejo con espárragos. ¡Mi favorito!

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