Pocos vinos en el mundo ofrecen tanta versatilidad como los de Jerez gracias a sus diferentes tipologías. Te explicamos con qué armonizan mejor cada uno de ellos para que los disfrutes estas Navidades


¿Se te ha pasado por la cabeza armonizar con vinos de Jerez tu menú de Navidad? ¿Se te ha ocurrido pensar que el Palo Cortado es perfecto para tomar con quesos,  el Fino con embutidos o el PX con chocolate? No se trata de que todas las armonías tengan nombres jerezanos, pero sí de aprender a combinar estos vinos tan españoles de la manera más elegante e inteligente en las comidas y cenas más importantes del año.

 

Cream: desde el aperitivo hasta el postre

Los aperitivos navideños son un clásico que varía de una casa a otra y se alarga o acorta en función de cada familia. Un Cream servido en un vaso bajo con hielo y una rodaja de naranja es el complemento perfecto de cualquier aperitivo desde unas almendras a un canapé de salmón. Pero también es un vino que se adapta muy bien al postre, por ejemplo a las famosas tartas de queso, ya sea en su versión más tradicional o en una cosmopolita New York Cheesecake, a la vez que va fenomenal con los mazapanes y turrones.

 

Fino: ideal para disfrutar con los embutidos

Cuando los aperitivos se alargan y la cocina  se convierte en el punto de reunión antes de sentarnos a la mesa, allí está el Fino. El vino perfecto para esos momentos en los que aparecen las aceitunas,  la caña de lomo, el jamón ibérico de bellota, el salchichón de Vic… Su refrescante sabor abre el apetito y acompaña de maravilla  unas vieras , unas croquetas o unos castizos boquerones en vinagre, por no hablar de una tostadita de paté de perdiz.

 

Manzanilla: para  potenciar más el sabor del marisco

El marisco es uno de los protagonistas de la Navidad. Gambas, langostinos, cigalas, percebes, encuentran en la Manzanilla el mejor maridaje. Su toque salino potencia los sabores marinos de pescados y mariscos potenciando su sabor. Lo mismo ocurre si optamos por incluir pulpo, almejas o vieras como entrante en nuestro menú.

 

Amontillado: un toque de sofisticación 

 ¿Quién se anima a incluir un toque exótico en la mesa? Si queremos innovar más en los entrantes y nos decantamos, por ejemplo, por un tartar de atún o una terrina de verduras con crema inglesa de curry no debemos dudar en acompañarlo de un Amontillado. Este vino, gracias a su complejidad también conjuga con determinadas verduras como espárragos y alcachofas brindándonos instantes sublimes.

 

Palo cortado:  con cualquier queso

Si tienes amantes del queso en la mesa, sea cual sea la variedad de quesos que escojas, el Palo Cortado es el maridaje ideal. Sus notas y aromas a frutos secos armonizan perfectamente con el sabor de quesos como el Gouda, Comté DOP, Manchego DOP,  Idiazabal e incluso queso torta del casar o queso Camembert. Este sofisticado vino es también la mejor opción si comenzamos el menú con consomés bien concentrados o una crema especiada de verdura.

 

Oloroso: perfecto para platos de carne tradicionales

Un vino elegante pero equilibrado, complemento ideal de los platos principales con carne. Su fuerte personalidad lo sitúa a la altura de platos con carácter ante los que despliega todo su potencial. Es el vino jerezano más apropiado para potenciar el sabor de platos típicos en estas fechas como el cordero, cochinillo, redondo de ternera o rosbif, que habitualmente armonizan con tintos.

 

PX: el broche final 

Si algo identifica de manera especial las comidas navideñas son los postres, cuya variedad exige un acertada elección en la copa. No es sencillo encontrar un vino que potencie y realce el sabor de los postres, sin embargo, el Pedro Ximenez  aporta la densidad y sabor suficiente para poner el broche con vinos de Jerez al menú de Navidad en el que no faltarán mantecados, polvorones, mazapanes, roscos de vinos, alfajores y dulces de hojaldre

 

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