Acostumbrados como estamos a sufrir las inclemencias de los tequilas de producción industrial, brebajes de rudo carácter que el paladar (y el resto del cuerpo) apenas soporta en un discreto chupito, con sal y limón, o en una traicionera margarita, los tequileros europeos celebramos, por fin, la llegada de nuevas marcas, de producción artesanal, limitada y escrupulosa con la calidad, que hacen honor al más famoso de los destilados mexicanos de agave.
Tal es el caso de En vos confío… la gama más sublime de los tequilas que produce la destilería Santo Spiritu en Jalisco y que se presenta en tres variedades: reposado, añejo y blanco.
El que más nos gusta y aquí nos ocupa es el blanco, y no porque los otros dos tengan una calidad inferior, sino porque es el tequila blanco –el que no tiene contacto con barricas– el que expresa con mayor franqueza el carácter del agave.
Y más aún cuando se trata de un tequila de producción muy limitada (la serie que tengo en mis manos se limita a 2011 botellas), con métodos rigurosamente artesanales, que preservan los matices herbáceos y ligeramente ahumados del agave azul, y dan lugar a un paso por boca suave y envolvente.
La original presentación –con una botella en la que destaca el relieve de un corazón– y el nombre, tan sugerente, sin duda incrementan el atractivo de En vos confío…, una de las mejores noticias que han tenido en los últimos tiempos los tequileros más exigentes.
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