En Barbadillo saben mucho de manzanilla. Un vino único. Una maravilla líquida imposible de clonar, cuyo carácter conjuga el perfil de las uvas de la variedad palomino fino que crecen en los viñedos del sur del sur, en suelos de blanquísima albariza, con los matices que imprime la crianza según el sistema de criaderas y soleras en las amplias naves de Sanlúcar de Barrameda, con la impronta de un microclima muy específico, marcado por la proximidad del océano Atlántico.
Barbadillo, bodega emblemática de esta noble villa gaditana, es líder en la elaboración de manzanilla. Esta casa inició su andadura en 1821 y actualmente no solo produce este tipo de vino de crianza biológica: entre las más de diez millones de botellas que presenta al mercado cada año hay de todo, desde el popular blanco de mesa Castillo de San Diego hasta los venerables Reliquia, colección de generosos centenarios que incluye un palo cortado, un amontillado, un oloroso y un PX.
Etiqueta conmemorativa de las 100 sacas de la Manzanilla Solear Estacional en Rama
En cualquier caso, la bandera de Barbadillo –que atesora en Sanlúcar un cúmulo de naves, patios y pasadizos, que integra hasta 16 edificios destinados a la crianza en el corazón antiguo de la ciudad– sigue siendo la manzanilla, tanto la popular Solear como las exclusivas «sacas» que se extraen de manera limitada cuatro veces al año, coincidiendo con las estaciones, y se embotellan «en rama» (sin filtrar).
Justamente, para celebrar las 100 sacas de esta manzanilla estacional, Barbadillo presentó un pack especial –¡especialísimo!– que incluye seis referencias, todas ellas embotellados «en rama» que representan la amplia visión que tiene esta casa sobre su vino más señero.
Presentación del pack de manzanillas «en rama» de Bodegas Barbadillo
El bendito pack, que se presenta en una elegante caja de madera, incluye estas seis manzanillas:
La festiva edición centenaria de esta manzanilla «pasada» de referencia llega 25 años después de la primera saca, que tuvo lugar a la primavera de 1999, cuando los responsables de Barbadillo tuvieron la brillante idea de llevar este vino de la bota a la botella, «sin ningún tratamiento que pudiera alterar su autenticidad». Fue el estreno de la Saca Estacional, que se ha convertido en un emblema de los vinos de crianza biológica en el Marco de Jerez. En este pack, la Manzanilla Pasada En Rama Saca Estacional de Barbadillo, se presenta en formato de 75 cl, rompiendo con el embotellado tradicional, que alberga 37,5 cl. Aunque en su primera edición esta manzanilla sugería que el vino debía «consumirse durante la misma estación», el tiempo ha revelado que se trata de un vino que enriquece sus virtudes con el paso del tiempo.
Criada en la bodega de La Arboledilla, esta manzanilla que se presentó por primera vez en la añada 2019, resulta de la microvinificación que da lugar al blanco ÁS de Mirabrás, que procede de diversas parcelas de viña vieja repartidas en los pagos más preciados del Marco jerezano.
Nave Trinidad es una «manzanilla fina» que Barbadillo embotella desde hace seis años, cuya solera se encuentra en El Toro, bodega fundacional desde esta casa recuperó el carácter incisivo y fragante de las manzanillas más puras de Sanlúcar a partir de una selección de botas precisa y excelsa.
En contraposición de la Manzanilla Arboledilla Poniente, este vino pone en relieve las diferencias organolépticas que se producen en en el mismo vino, criado a poco más de 100 metros de distancia, en la bodega Catedral.
Esta excelsa manzanilla «en rama» complementa la propuesta de Barbadillo que tiene como vocación poner en relieve cómo los detalles del edifico de la bodega, su ubicación y la influencia del viento y las temperaturas condicionan los rasgos del vino, incidiendo en su crianza biológica, la formación y el efecto del velo en flor.
Una «obra maestra» de Bodegas Barbadillo, que nace de la voluntad de Montse Molina –la enóloga catalana que lleva más de 20 años al frente de la dirección técnica de la bodega sanluqueña– por subrayar el carácter de la manzanilla pasada embotellada «en rama». Con su personalidad imponente y los matices amargos que revelan una mayor evolución en la bota, Pastora es un vino sanluqueño de antigua usanza que impresiona y enamora.
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