En un contexto agrícola cada vez más condicionado por las temperaturas extremas, llega Kairoh, una nueva variedad de calabacín que está despertando gran interés entre los productores almerienses. Este vegetal esta diseñado para mantener su rendimiento incluso en fechas de trasplante más tempranas -del 15 de julio al 10 de agosto- , cuando el calor es más intenso y el calor compromete la estabilidad del cultivo.
Kairoh nace como complemento de Kai, una variedad reconocida por su resistencia, productividad y estructura compacta. La novedad de Kairoh no es solo su parentesco, sino su capacidad para mantener esas mismas cualidades en condiciones de altas temperaturas: planta abierta, fácil manejo, costes de mano de obra más reducidos y, sobre todo, una productividad capaz de sostenerse cuando el clima juega en contra. A esto se añade su resistencia al virus de Nueva Delhi, imprescindible en la horticultura actual, y un fruto de calidad muy homogénea -color oscuro y brillante, forma cilíndrica y recta, mácula y cicatriz pistilar pequeñas- , cualidades que le garantizan una excelente presencia tanto en exportación como en el mercado nacional.
Kairoh es la última incorporación al catálogo de Sakata Seed Ibérica, compañía que lleva años centrando su trabajo en ofrecer variedades que respondan a las condiciones reales del campo. Sakata articula su trabajo en torno a la adaptación climática, la estabilidad de producción y la rentabilidad para el agricultor. Estas tres líneas son imprescindibles ante las nuevas temperaturas que marcan las campañas.
Para Sakata, la innovación pasa por escuchar al productor y desarrollar soluciones prácticas: plantas más manejables, cultivos que requieren menos intervenciones y variedades que mantengan calidad incluso con picos de calor o cambios bruscos de temperatura. La presentación de Kairoh en El Ejido es, en ese sentido, un paso más dentro de una estrategia que busca anticiparse a las necesidades y reducir el impacto de los fenómenos climáticos que ya definen la agricultura mediterránea.
El valor añadido de Kairoh no solo está en esa adaptación mejorada, sino en el efecto directo que puede tener sobre el rendimiento por metro cuadrado. Su estructura compacta y abierta facilita los tratamientos y la recolección, lo que reduce la mano de obra y simplifica las labores de cultivo. En un sector donde cada ajuste cuenta, es estos detalles acaban marcando la diferencia en la rentabilidad final.
Además, este fruto mantiene estable su forma, brillo y color incluso bajo condiciones más severas, lo que permite al productor asegurar continuidad comercial sin penalizar calidad. Kairoh es un calabacín pensado para iniciar antes la campaña, soportar mejor el calor y mantener un estándar alto de producto.
Sakata suma una herramienta más a la línea que inició con Kai, pero afinada para un escenario climático donde el calor exige nuevas respuestas.
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