El cocinero venezolano Rafa Bergamo abre las puertas del nuevo Kuoco en el barrio de Salesas, inaugurando una nueva etapa más ambiciosa y refinada de su conocida cocina viajada. Tras nueve años en el barrio de Chueca, el proyecto se traslada a un espacio más amplio y tranquilo, donde el sabor y la técnica son protagonistas.
No se trata solo de un cambio de dirección, sino de una evolución del concepto Kuoco. Un restaurante que se aleja de etiquetas y las modas para ofrecer una experiencia basada en la autenticidad y el contraste. “Aquí no seguimos tendencias ni buscamos corrientes. Queremos que cada bocado haga perder la noción del tiempo”, afirma Bergamo.
La identidad de Kuoco se mantiene, pero ahora más refinada. Las influencias de Asia, Perú, México o la India se reflejan con equilibrio y madurez, sin perder el carácter nómada que define a Bergamo.
La propuesta gira en torno a una carta cambiante y un menú degustación de 12 pasos -‘Attraverso’-, donde se cruzan culturas y productos en armonías precisas. La temporada y el producto son primordiales en su oferta, y siempre queda espacio para platos fuera de carta.
Entre los platos más representativos destacan el tiradito de pez limón madurado durante nueve días, la ostra en dos tiempos, la vieira a la brasa con toque de humo, o el xiao long bao inverso con pollo, fondo de paella reducido y tortilla de camarón.
Como principal, su trucha de los Pirineos cocinada en robata, con aliño japo-miso, mole coreano, pesto, migas de kikos y brotes de wasabi.
1.- Pato azulón a la naranja. 2.- Xiao long bao inverso. 3.-Vieira a la brasa. 4.- Trucha de los Pirineos.
Su diseño combina lo contemporáneo con la calidez y lo cercano, bajo un estilo elegante y sobrio. Presenta mesas alargadas, una barra abierta para los amantes de la coctelería y una capacidad de no más de 40 cubiertos, lo que permite mantener la conexión entre sala, cocina y comensal.
Cada detalle del espacio responde a una filosofía para disfrutar y dejarse llevar por sus platos. “Queremos que quien nos visite sienta que el tiempo se detiene y que la cocina se ocupa del resto”, resume Rafa.
Sala Kuoko
La experiencia no termina en el plato. La bodega de Kuoco, dirigida por la sumiller Paula Prokopiak, es un homenaje a los pequeños productores y a los vinos con alma. La carta busca la complicidad entre vino, cocina y comensal, con más de 500 referencias y 120 champagnes de pequeños vignerons.
Prokopiak, formada entre Polonia e Italia, aporta su sello con una selección que prioriza la artesanía, las burbujas y los vinos de Borgoña y Champagne que mejor casan con las propuestas de la cocina de Bergamo.
La otra gran novedad de Kuoko llega desde la barra. Guillermo Morales, bartender con experiencia en proyectos como Cascabel, Amazónico o RavioXO, ofrece una coctelería con técnica y conocimiento. Elabora cocteles con siropes, infusiones, purés y hielo tallado a mano.
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