Estas son algunas de las novedades de la primavera madrileña. Locales de moda, a los que todo el mundo quiere ir. En unos se come mejor que en otros, pero así son las cosas… No todo está en el plato, el ambiente también cuenta.


Media Ración Calle de la Beneficencia, 15 Madrid – 914 47 51 11 Cierra domingos todo el día y lunes noche. Precio medio: entre 30 y 60€.

Es el nuevo espacio gastronómico del Hotel Urso. Una apuesta por la cocina de siempre elaborada con buenos productos en raciones para compartir a precios razonables. Simplemente, confort food a la española,  basada en la filosofía de Cuenllas –famosa tienda de ultramarinos y comedor del barrio de Argüelles- y firmada por el cocinero Antonio del Álamo –viejo conocido al que recordamos de Aldaba y El bodegón-. En un ambiente tan confortable como la cocina, platos para compartir y recetas de mercado que parten de la tradición burguesa. Junto al laterío y las chacinas –enseña de Cuenllas- no faltan los callos, una excelente raya en escabeche, croquetas (no están entre mis favoritas), ensaladilla rusa, manitas de cerdo (también estupendas), menestra (entre las mejores de Madrid), hamburguesa con mayonesa de jalapeños, etc. El toque goloso lo pone una selección de dulces clásicos muy bien elaborados. De los vinos se ocupa una joven sumiller, Amanda Leite, que aconseja con acierto.

Soy Kitchen Zurbano, 59 Madrid 91 319 25 51 Cierra domingos noche. Precio medio: entre 30 y 70€.

Nada tiene que ver este elegante local del barrio de Chamberí con el viejo Soy de la Plaza de los Mostenses (hoy transformado en Lamian) donde Julio (Jongping Zhang, es su nombre en chino) empezó su andadura gastronómica. Ha mejorado el espacio, sí y también la cocina, ahora está más asentada pero es igual de chispeante. Esta rabiosa fusión asiática con influencias globales me encanta, no los puedo disimular.  Lo mismo que me arrebata la forma en que Julio utiliza el wok, su destreza y los buenos resultados que consigue. Platos complejos de armonías imposibles, que contra todo pronóstico funcionan, vaya si funcionan: vieira con leche de tigre de coco, anguila ahumada, arroz, alioli de algas y láminas crujientes de fideos; oreja de cochinillo crujiente, con soja, crema de cacahuetes, pimienta, ajo, durian y té verde; secreto de cerdo ibérico, con jengibre, soja, ajo, cilantro y pomelo. Hay una interesante bodega pero mucho más estimulantes son los cócteles de Alvaro Cañellas, coctelero al que hay que seguir la pista.

Dos Cielos Madrid Hotel Gran Meliá Palacio de los Duques. Cuesta Santo Domingo, 5. Tel.:91 276 47 47. Cierra: lunes y domingo. Precio medio: Entre 45 y 75€. 

Los hoteles siguen apostando por la gastronomía y Meliá ha traído a Madrid a la pareja de gemelos más famosa de la TV. Segio y Javier Torres no van a abandonar su casa de Barcelona, pero de vez en cuando les podremos ver por la capital para replicar su elegante cocina mediterránea de alma clásica y estética actual, esta vez en un escenario mucho más informal –con detalles del “estilo derribo” ahora tan en boga- y con una propuesta acorde: alta cocina a ras de suelo, en el corazón del barrio de los Austrias. Las caballerizas de un antiguo palacio han sido el lugar elegido. Paredes descarnadas, vajillas de la abuela y muebles de diseño. En la carta, guisantes con velo de ibérico, garbanzos con callos de bacalao, arroz meloso con pulpo seco o mollete de rabo de toro con mole y pico de gallo. Media docena de entrantes, otros tantos platos y tres postres, componen una oferta sencilla y golosa. Precioso jardín exterior.

Honest Greens Paseo de la Castellana, 89.Tel.: 91 421 50 11. Abre todos los días en diferente horario. Precio medio: 20-35€

Radicalidad y coherencia en esta novísima propuesta centrada en productos orgánicos, donde los vegetales son el 99% de la oferta. Cocina saludable (welness food que arrasa en Nueva York y Sidney) firmada por Benjamín Bensoussan, 100% sin azúcares añadidos, sin conservantes, sin emplear alimentos procesados y adaptada a las distintas dietas, elaborada con productos de  pequeños agricultores locales, sostenible y responsable.   En la carta dos opciones de platos principales por 6,90 euros: el llamado ‘market plate, con base de proteína a elegir entre cinco opciones, y el ‘garden bowl’ que es una ensalada. Además aguas frescas, limonadas caseras, zumos cold press. Postres y dulces caseros que siguen idéntica filosofía, tes, cafes, infusiones, etc. Todo en un espacio encantador, luminoso y versátil que se adapta a todos los momentos del día.

Arzabal Chamberí  Bretón de los Herreros, 29. Tel.: 915 94 06 90.  Abre todos los días de 12h a 2 de la madrugada. Precio medio: de 30 a 60 euros. 

Iván Morales y Alvaro Castellanos siguen imparables replicando el modelo tabernario de Arzabal por toda la ciudad. Mesas y barra; buen producto; cocina mínima y mucho champán. Esos son los cuatro ases que manejan esta pareja que se metió a la ciudad en el bolsillo desde que abrió aquel pequeño local al inicio de la calle Doctor Castelo -¡Qué difícil conseguir mesa-. Las croquetas (de leche de oveja latxa), la ensaladilla rusa, y el salmorejo se hicieron famosos enseguida, y siguen cosechando adeptos. También hay callos, steak tartar, besugo al horno o chuleta de vaca rubia gallega. Perfecto para una cena tardía, al salir del teatro o para llevar a unos amigos que acaban de llegar a la ciudad.

La Atrevida Lagasca, 64. Tel.: 913 48 61 88. Abre todos los días de 9 de la mañana a 12 de la noche. Precio medio: entre 30 y 45 €.

Apuesta personal de Oscar Velasco, jefe de cocina de Santceloni, en el barrio de Salamanca, donde se ha propuesto dar de comer bien  de manera informal a cualquier hora y por un precio razonable, ya sea en la barra o en las mesas. Desayunos, comidas o tentempiés para quienes buscan propuestas tradicionales y buen producto: croquetas, ensaladilla, patatas aliñadas, raya a la plancha con salsa romescu, costilla de cerdo asada a baja temperatura, y tarta de queso son algunas sugerencias. Mucho más divertida la barra que que el restaurante que resulta algo convencional.

Buns and Bones San Bernardo, 12 913 92 89 53

Tras hacerse con una legión de fieles seguidores en el mercado de Antón Martín, el primer bar de baos de Madrid se han lanzado a propagar sus molletes chinos por la ciudad y Malasaña ha sido el lugar elegido. La fiebre por este bocadillo asiático de esponjoso panecillo al vapor (hay distintos tipos), no para de crecer. Los puso de moda David Chang en su Momofoku neoyorkino, junto con sus tazones de ramen y otras especialidades. Él es el responsable de que a la panceta de toda la vida los cocineros más jóvenes le llamen “pork belly” y se crean –incluso- que es otra cosa. Después de haber probado los de Little Bao en Hong Kong (unos de los más famosos del mundo) los de este local encantador –y auténtico- siguen estando entre mis favoritos. La variedad de rellenos va en aumento, además del clásico de panceta está el de pato Pekín, el de alitas de pollo o el de costilla de cerdo… Después de comer culquiera de ellos, no queda más remedio que chuparse los dedos.

Wagamama Serrano, 41. Tel.: 912 75 21 45. Abre todos los días. Precio medio: 15-25€

La cadena de cocina panasiática que nos encandiló hace años en Londres desembarca en Madrid (de la mano del grupo VIPS… veremos) y se suma a la amplísima oferta de cocina de fusión que hay en la ciudad. Noodels, ramen y otras especialidades orientales hechas al momento (esa era la gracia, confío en que lo seguirá siendo) rebosantes de aroma y fragancia cautivarán a los más jóvenes atraídos por su estilo desenfadado, sus precios asequibles y sus acertados sabores. Las mesas comunales y las cocinas vistas ya no son novedad pero gustan, lo mismo que su estilo limpio y sencillo.

Peyote San Marqués de la Ensenada,  16. Tel.: 910 88 22 12. Abre todos los días hasta las 2h de la madrugada. Precio medio: entre 30 y 50€

En plena plaza de Colón (donde estuviera Riofrío), este restaurante japomex es el último invento del grupo Larrumba (Marieta, Perrachica, Habanera, etc)  y lleva su sello: estética llamativa, clientela pintona, música a todas horas. Estos jóvenes madrileños son maestros en crear espacios de moda, en los que comer es una excusa para el encuentro y la fiesta. En la carta una mezcla de platos mexicanos y japoneses, que se resuelven de manera desigual, inspirados por Hugo Muñoz (ex KaButoKaji) y Roberto Velázquez. Mejor los tacos que el sushi (el arroz es terrible). De la coctelería –otro valor por el que apuestan en varios locales del grupo- se ocupa Carlos Moreno (ex Glass Bar y ex StreetXo). En los vasos notas ácidas y picantes que evocan registros propios de la cocina. Si la materia prima fuera un poquito mejor y le pusieran más cuidado a la cocina, podría ser un gran invento.

Crustó Calle José Lázaro Galdiano, 6 (esquina a Padre Damián). Tel.: 910 561 926. Abre todos los días. Precio: entre 4 y 30 euros.

Imparable la expansión de esta cadena de panaderías que comenzó en Barcelona. Locales luminosos, atractivos, modernos, acogedores y confortables, en los que la estética va acompañada de una oferta gastronómica de calidad. En todos ellos hay obradores a la vista en los que se preparan los panes y la bollería. Apuestan por el buen desayuno (zumo de naraja natural, croisant de mantequilla, café de calidad…) y una variedad de apetecibles bocados para comer a cualquier hora: quiches, bocadillos, wraps. Oferta cosmopolita, sabrosa y equilibrada que trata de dar servicio a un público heterogéneo, en horario continuado. Los fines de semana ofrecen brunch (cuatro modelos diferentes: Light, Reconfortante, Energy y Antioxidante) y a diario un menú saludable que también se puede pedir para llevar a la oficina o donde te apetezca.

 

Julia Pérez Lozano

Julia Pérez Lozano

Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM. Especialista en gastronomía. Autora de numerosos libros y guías. Trabaja con lo que más le gusta: las palabras y los alimentos.

1 Comment

  1. jordi el 3 mayo, 2017 a las 20:34

    fet

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