VALORACIÓN92/100
TIPO
DESTILERÍA
Glenmorangie
FORMATO
70 cl
REGIÓN
Highland
PAÍS
ESCOCIA
VOLUMEN ALCOHÓLICO
46º
PVP RECOMENDADO 85 €

Tanto Glenmorangie como Ardbeg –las dos destilerías escocesas que integran el conglomerado de bebestibles del todopoderoso grupo LVMH– suelen animar el mercado de novedades y disparar los niveles de ansiedad de sus fans con el puntual lanzamiento de ediciones especiales de sus laureados single malts.

Estos raros whiskies, de producción limitada e irrepetible, no son necesariamente mejores que las referencias habituales de cada casa, aunque esto no desanima a los tenaces zahoríes de ediciones numeradas, capaces de remover Roma con Santiago con tal de dar con la botella en cuestión.

La última gema espirituosa que viene a alimentar esta sed coleccionista –y la otra, también– es Glenmorangie Bacalta, elixir cálido y suculento nacido de un insólito mestizaje entre adustos aguardientes nacidos en los alambiques más espigados de las Tierras Altas y el espíritu soleado y generoso de Madeira, que llega desde el medio del Atlántico hasta la fría Escocia a través de barricas envinadas en golosos vinos de malvasía.

No es de extrañar que semejante whisky cobre vida en una de las dos destilerías que dirige el inquieto Bill Lumsden, siempre dispuesto a experimentar con partidas de Glenmorangie (y también de Ardbeg), ensayando inéditos blended y originales wood finish en busca de una expresión diferente a la que ya conocemos de sus sacrosantos single malts.

En el caso de Bacalta, el contacto con la madera impregnada en malvasía de Madeira aporta sensaciones melosas, de chocolate blanco, dátiles y orejones al habitual despliegue aromático de Glenmorangie, lo que redunda en una idea de reconfortante calidez que hace pensar, claro, en el sol de Madeira.

No se puede negar que Bacalta es un whisky interesante. Aunque, personalmente, sigo prefiriendo The Original, arquetipo del la sutil elegancia y prodigioso equilibrio de Glenmorangie. En fin: cuestión de gustos.


 

Deja un comentario