VALORACIÓN93/100
TIPO
VARIEDADES
desconocida
BODEGA
Vinos Sinceros
FORMATO
75 cl
ORIGEN
REGIÓN
Castilla y León
PAÍS
ESPAÑA
PVP RECOMENDADO 27 €

La viña de mis ojos 2021 es una excelente introducción de los vinos de Arlanza. Una pequeña Denominación de Origen castellana, que en los últimos años está comenzando a revelar sus señas de identidad gracias a vinos singulares y auténticos.

Arlanza, territorio ancestral y virgen

Aunque la tradición vinícola de esta comarca se remonta al siglo VII –cuando los monasterios impulsaban esta actividad en buena parte del territorio castellano– el devenir de la historia ha querido que Arlanza se haya mantenido como una zona prácticamente virgen para los grandes proyectos bodegueros.
Los efectos de la epidemia de filoxera –que llegó a Arlanza a principios del siglo XX–, así como el fenómeno del éxodo rural que aparejó el proceso de expansión industrial, motivaron el abandono de una buena parte del viñedo de la región. Mientras que la mayoría de los agricultores optaron por sumarse al cultivo del cereal –más protegido y rentable–, la viticultura apenas sobrevivió en explotaciones familiares, consagradas parcelas muy pequeñas, plantadas con variedades dispares y en zonas de difícil acceso.

La reivindicación de los vinos de Arlanza

En el vino, sin embargo, muchas veces las dificultades esconden ventajas. Y así como en la vecina del Ribera del Duero, la instauración de la DO y el gran suceso que tuvieron los vinos de la comarca a partir de los años 80 del pasado siglo dio lugar a un crecimiento desmedido, en Arlanza la «oficialización» del vino llegó mucho mas tarde: la DO no se concretó hasta el año 2007.
Desde entonces, los vinos de esta zona han iniciado un proceso de reivindicación, pero que en cualquier caso se reduce a unas 20 de bodegas y a viticultores que trabajan la vid como segunda ocupación.
La estructura pequeña de los viñedos y la naturaleza de los negocios familiares a permitido preservar el carácter «artesanal» de Arlanza. Que sin embargo es un territorio privilegiado para la producción de vinos de calidad, por sus condiciones climáticas y la altitud de sus viñedos (por encima de los 1000 metros sobre el nivel del mar).

 

Una de las viñas viejas de la bodega Vinos Sinceros en la DO Arlanza

 

La viña de mis ojos, variedad desconocida

Todas estas virtudes asoman en muchos de los nuevos vinos que elaboran los viticultores de Arlanza.
Buen ejemplo de ellos es el tinto La viña de mis ojos, que produce Luis Martín –mentor del proyecto Vinos Sinceros– junto con Ricardo Velasco Pla, enólogo de Valtravieso, la bodega de la Ribera del Duero que también ha apostado por Arlanza en su último proyecto a partir de Viñedos Olvidados.
Vino de parcela, fresco y con mucho carácter, La viña de mis ojos tiene la particularidad de estar elaborado a partir de una variedad de uva desconocida. Que bien puede que sea alguna de las que aportan frescura y singularidad a los tintos de cierta comarca gallega (como la brancellao en Ribeira Sacra).

El encanto de un vino «sincero»

En cualquier caso, más allá de una certera identificación de la materia prima, el poder de seducción de este vino «sincero» se asienta en su perfil fragante y mineral, que sin duda viene dado por la materia prima: cepas seleccionadas de una parcela de viña plantada hace más de 150 años en Lerma.
Una criteriosa vinificación y la crianza de 20 meses en barricas de roble francés usado, de 500 litros, contribuyen también a delinear el carácter de este tinto rico en acentos frutales, de hierbas balsámicos, con notas vivas de piedra húmeda. El paladar es amplio y vivaz, con una acidez muy fina y larga persistencia.
Sin duda, un magnífico vino para redescubrir un ancestral territorio vinícola, como es Arlanza.

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