De una joint-venture entre el Equipo Navazos –un grupo de expertos négociants que está revalorizando los vinos del marco de Jerez– y el bodeguero holandés (afincado en Portugal) Dirk Niepoort llega este sorprendente blanco seco, que representa quizás el punto intermedio entre los vinos de crianza biológica –el fino, particularmente– y los blancos de mesa.
Se trata de un vino que nace con la intención de recuperar la tradición de los "vinos blancos de Cádiz", que surgieron en el siglo XVIII a caballo entre Sanlúcar de Barrameda (donde se elaboraban) y Cádiz (donde se comercializaban).
Así, este Navazos-Niepoort procede de uno de los mejores pagos de uva palomino, de tierra albariza, ha sido fermentado en bota con levaduras autóctonas y sometido a 9 meses de crianza bajo velo en flor. Como el fino o la manzanilla, pero a diferencia de estos no ha sido encabezado con alcohol. De allí su amable grado: 12,5º
La del 2011 es la cuarta añada de este vino insólito, y probablemente la mejor gracias a las condiciones naturales y el conocimiento acumulado: es un vino complejo, que aúna la expresión fresca de la fruta con el recuerdo de las levaduras de la crianza bajo velo.
Un blanco delicioso llamado a hacer historia, sobre todo porque desbarata la teoría –tan arraigada en el marco de Jerez en los últimos 50 años, al menos– según la cual las condiciones del viñedo y la calidad de la uva nada tienen que ver con la expresión de los vinos generosos, dado su peculiar método de elaboración. Y confirma lo que cualquier persona con sentido común podría suponer: a mejor uva, mejor vino.
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