Este licor fue creado en el año 1903 por la empresa británica Berry Bros & Rudd para el rey Eduardo VII de Inglaterra… ¡por prescripción médica! El hijo mayor de la reina Victoria, fue durante su etapa como heredero al trono un gran aficionado a los primeros coches que rodaron por la calles de Londres. Como entonces los vehículos no solían tener aislamiento ni calefacción, Eduardo sufría constipados a menudo. Los médicos de palacio le recetaron infusiones de jengibre, que el príncipe detestaba. Por esa razón se encargó a la empresa de destilados la creación de un licor a partir de esta raíz, para que Eduardo –entonces ya coronado rey– pudiera admitir el jengibre sin rechistar.
De color amarillo dorado, su gran atractivo es el equilibrio entre las notas dulzonas con el exótico matiz picante propio del jengibre. Es un licor ideal para consumir en chupito, en la sobremesa, o para experimentar con él en originales cócteles.
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