Es una de las cocineras de más peso en el panorama internacional. Sus tres restaurantes avalan una trayectoria intachable. Además de cocinar le gusta enseñar y comunicar, por eso no renuncia a escribir libros y participar en programas de radio. El objetivo es compartir, desde el plato o desde el papel.

Con paciencia y tesón, Carme Ruscalleda ha ido construyendo a lo largo de su carrera un universo culinario propio que nació en Sant Pau (San Pol de Mar. Barcelona) junto a la charcutería que regentaban sus padres; un microcosmos de pucheros, guisos, productos y armonías en cuyo desarrollo ha involucrado a toda su familia. Apoyada en Toni Balam, su marido y compañero de aventuras, y en sus hijos a los que ha inoculado el gusanillo de la cocina, ha ido dando forma a un sueño: tres restaurantes aplaudidos por el público y la crítica. Sant Pau (3 estrellas Michelin), Sant Pau Tokio (1 estrella Michelin) y Moments (2 estrellas Michelin)

Con un pié en la capital japonesa y otro en el Maresme ha sabido conjuntar lo mejor de las dos culturas. Trasladar un trocito de Cataluña a Oriente y viceversa y además contárselo al mundo a través de libros, programas radiofónicos, conferencias… A Carme le obsesiona que el producto de lo mejor de sí en el plato, por ello se afana en buscar la excelencia y aplicarle la técnica –moderna o antigua, eso no importa- que mejor se adapte a su esencia. A veces sorprende con armonías trasgresoras, otras penetra en los reconfortantes rincones de la memoria gustativa común, siempre desde el anhelo –nunca satisfecho- de perfección.

En Moments, Raúl hace una apuesta segura por los sabores conocidos y por la salud. Se empapa de cocina popular, de tradición, de raíces y saca al plato una herencia renovada, sabrosa y saludable, que incluye sorprendentes recetas “antiaigin”. En Sant Pau de Tokio, Jerôme Quilbeuf, pone a punto recetas mediterráneas a las que dan un suave toque japonés. Platos vistosos, ligeros, sabrosos… muy Ruscalleda.

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