A fuego vivo, siempre controlado, se sofríe el conejo y las verduras en aceite de oliva. Se añaden caldos. Después el arroz y azafrán.
La capa de arroz no alcanza el grosor de un dedo. Tersos y sueltos los granos están llenos de sabor. La madera y los sarmientos de la combustión le aportan un aroma delicado y especialísimo.
Una variedad que marca un nuevo rumbo en las huertas almerienses
Estos son los 13 finalistas. El ganador, el próximo 17 de diciembre.
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Del 26 al 28 de enero, los mejores cocineros del mundo se reúnen en Madrid
Entre calderos de cobre, pastos alpinos y la precisión de un reloj