En ocasiones, las dificultades y los obstáculos que se presentan para alcanzar las metas que nos proponemos son, paradójicamente, una oportunidad para alcanzar un objetivo aún mejor. Que se lo pregunten sino a Ángel Ávila, profesional del gremio de la hostelería que lleva ya unos años desempeñándose como bartender en el exclusivo Club Matador de Madrid. «Aunque he hecho de todo en esta profesión», aclara, con la modestia que lo caracteriza.
Cuidadoso con los detalles en el servicio y la presentación de sus cócteles, cuando Ávila recibió la noticia de que Riedel descatalogaba algunas de las copas que empleaba para servir sus precisas alquimias, reaccionó rápidamente para hacerse rápidamente con todo el stock disponible. «Compré incluso copas de esos modelos en otros países, pero el cristal siempre se acaba rompiendo, sobre todo en un espacio público, aunque sea un club privado como el nuestro».
Ángel no encontraba las copas para sus cócteles estelares. De modo que tuvo que crearlas. El tiempo libre que brindó la pandemia le permitió diseñar los primeros modelos. «Y encontrar la financiación, porque la fabricación es totalmente artesanal y se realiza en Eslovenia», explica el bartender.
Tras concebir los dos primeros modelos, Ávila se animó a desarrollar otros más, teniendo en cuenta las necesidades de su profesión, hasta crear la primera colección de Blow, su marca, que ha titulado Helénica, que se compone de ocho piezas.
El conjunto sorprende y está entusiasmando a aficionados a la coctelería tanto como a los colegas de la profesión, algunos de los cuales ya están incorporando estas copas a sus bares. Entre sus virtudes no solo se cuenta el estilizado diseño y la perfecta capacidad para disfrutar de cada mezcla, sino también el precio (a partir de 21,30 euros, PVP), mucho más asequible que otras de esta calidad, considerando que son de vidrio y sopladas a mano.
Bares como el del restaurante Saddle o Isa, en el hotel Four Seasons (ambos en Madrid) ya han incorporado a su coctelería esta colección en la que destacan la copa Hela –diseñada para la Margarita, con líneas curvas y estética sofisticada–, la pieza Dry –elegante adaptación del modelo clásico del Dry Martini, con menor capacidad–, Leto –con un atrevido ángulo de 90º y una apertura pronunciada para destacar la nitidez de un clásico Bamboo– y Skade, copa de estilo coupette pero con mayor altura y ligereza, ideal para presentar cualquier cóctel de la familia Sour.
Aunque sin duda Blow Glassware será un éxito en el ámbito de la restauración, la comercialización también está abierta a los particulares. «Estamos teniendo muchas sorpresas, hay mucho cliente privado que disfruta de la coctelería en casa y quiere beber en las mejores copas», apunta David Ramos, CEO de la empresa Klimer, que se ocupa de vender esta novedad concebida por el bartender Ángel Ávila, también en el comercio on line.
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