Sonoridades indigestas: una reflexión sobre la música en los restaurantes
El disfrute musical no tiene por qué convivir con el placer del buen comer, al menos en la sala del restaurante. Sin embargo, la mayoría de los locales insisten en imponer sus play list al comensal, cada vez con un volumen más estridente. Hete aquí una diatriba que apunta al programador musical y a la tendencia de llenar con sonidos todos los silencios posibles.