VALORACIÓN95/100
TIPO
FORMATO
50 cl
REGIÓN
Andalucía
PAÍS
ESPAÑA
VOLUMEN ALCOHÓLICO
17º
PVP RECOMENDADO 14 €

Desde que el tabernero Armando Guerra –de la taberna Er Guerrita de Sanlúcar de Barrameda– se incorporó a Barbadillo como responsable del área de Alta Enología–, la enóloga de la bodega, Montse Molina, ha encontrado el cómplice perfecto para desenterrar viejos tesoros y emprender nuevas aventuras en las inmensas naves de la (casi) bicentenaria compañía sanluqueña, fundada en 1821.

Uno de los proyectos que emprendieron juntos estos dos profesionales apasionados por los vinos del Marco jerezano fue la recuperación de viejas botas con elixires raros que descansaban en un rincón de la bodega desde hace medio siglo. De estas botas se extrajeron, con cuentagotas, reservas de quina, vermut, licor de cacao y ponche que sobrevivieron a la desaparición de la marca Atamán, registrada por Manuel Barbadillo en el año 1943.

Tres años después del hallazgo, Molina y Guerra han conseguido llevar su descubrimiento –de carácter casi arqueológico– mucho más lejos, reformulando el viejo vermut Atamán siguiendo el modelo original para devolverlo a la vida y relanzarlo en el mercado.

El resultado, que se presentó en Madrid y Reus hace pocas semanas, es magnífico: un vermut tremendamente singular, con alma de manzanilla de Sanlúcar y carácter complejo y seductor, en el que conviven matices de piel de naranja amarga, bayas de saúco, ajenjo, flores… y que se distingue por un paladar menos empalagoso que la mayor parte de los vermuts vernáculos.

La única pega que se le puede poner al renacido Atamán es su brevedad: se embotella en un único formato de 50 cl, por lo que desaparece de la vista en menos de lo que canta un gallo. Para más pena, la producción es escasa, de modo que es obligado hacerse con más de una botella si uno no quiere quedarse con las ganas de más.

Deja un comentario