VALORACIÓN95/100
TIPO
VARIEDADES
maturana blanca, maturana tinta
BODEGA
Alonso & Pedrajo
FORMATO
75 cl
ORIGEN
D.O.Ca. Rioja
REGIÓN
La Rioja
PAÍS
ESPAÑA
PVP RECOMENDADO 19.70 €

La Pequeñita Rosado Macerado 2019 ha sido una de las novedades del reciente Salón de Vinos Radicales. Un vino que está elaborado a partir de dos raras variedades autóctonas riojanas: maturana blanca y tinta.

Aquellos que busquen un vino singular, elaborado bajo principios radicales –con la vocación de reflejar con fidelidad su terruño de origen y preservando con autenticidad sus señas de identidad–, recuperando variedades autóctonas minoritarias y aplicando métodos de vinificación que combinan técnicas ancestrales con la necesaria dosis de creatividad, tienen en La Pequeñita Rosado Macerado 2019 una verdadera gema.

Si bien es verdad que el panorama de los rosados vernáculos ha evolucionado notablemente en los últimos años, y poco a poco se está superando la idea del rosé como bebedizo ramplón solo apto para aquellos pseudoabstemios que exigen un liquido colorido, dulzón y afrutado para echarse al gaznate mientras se zampan una paella en el chiringuito playero, lo cierto es que son pocos los vinos de esta tipología que puedan compararse con el que elaboran los jóvenes viticultores Javier Alonso y Alberto Pedrajo en su bodega de Villalba de Rioja.

Una apuesta por la maturana, blanca y tinta

Porque La Pequeñita, en su versión rosa –también existe otra «pequeñita» blanca, muy interesante– atesora muchos rasgos que le convierten en un vino único.

Empezando por su composición varietal. Es un rosado vinificado a partir de dos variedades autóctonas riojanas minoritarias: maturana tinta y maturana blanca. Uvas que han conseguido sobrevivir a poderoso dominio que ejerce actualmente la tempranillo en el viñedo de esta famosa región, aunque ocupan una superficie casi testimonial: en 2019, la maturana blanca acaparaba apenas un 0.06% del total del viñedo riojano, mientras que la tinta llegaba al 0,31%. Un poco más que nada, podríamos decir.

Aquellos que ignoraban la existencia de esta variedad en Rioja, se sorprendan aún más al saber que el patrimonio varietal de esta región cuenta con tres tipos de maturana: la tinta, la blanca –también conocida como ribadavia– y la maturana tinta de Navarrete. La tinta, aunque más extendida, no es otra cosa que una mutación de la blanca –que se introdujo en La Rioja desde Galicia– aunque en términos físicos y organolépticos ofrece características propias y bien definidas: racimo troncocónico y baya pequeña, buena resistencia a la enfermedades, gran carga polifenólica, notable estructura y apreciable acidez. Todo ello se refleja en unos vinos de color intenso bermellón, con aromas florales y lácticos y con buen volumen en la boca.

A pesar de sus evidentes virtudes, la maturana riojana a punto ha estado de extinguirse, y sólo esquivó ese fatal destino gracias al empecinamiento de algunos bodegueros que bregaron en los despachos para que el Consejo Regulador de la D.O.Ca. Rioja acabara reconociendo a esta uva como propia del viñedo riojano, y autorizando su utilización a partir del año 2009.

Racimo en el viñedo de Alonso & Pedrajo

Maceración en tinajas


Además de su exótica composición varietal (75% maturana blanca, 25% maturana tinta), La Pequeñita Rosado tiene la peculiaridad de ser un vino macerado. Lo que lo hermana a los vinos naranjas, tan en auge últimamente. Pero con la singularidad de que si los orange se elaboran a partir de uvas blancas –macerando los hollejos en el mosto, como si fueran tintos–, nuestra Pequeñita rosé, combina uvas blancas y tintas, cuyos mostos maceran y se vinifican en contacto con sus hollejos en tinajas durante 2 meses y medio, para luego criarse con sus lías durante 5 meses más.

Un rosado poderoso


Todo ello da como resultado un vino de corte original, a medio camino entre un rosado y un orange, de carácter poderoso, con ricos aromas de fruta roja silvestre y pomelo rosa, paladar estructurado, con marcado amargor y nítida sensación tánica, soberbia acidez y larga persistencia.

Un rosado inusual con enormes posibilidades en la mesa, ya que puede armonizar tanto con pescados azules, carnes o cocinas exóticas. Lo mejor es probarlo y sumarlo al disfrute gastronómico. Solo tiene un inconveniente: engancha.

 

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