Discreta y menuda, esta cántabra afincada en Barcelona es un torbellino en la cocina. 

Desde hace un tiempo, su restaurante está en boca de todos. Regenta con su marido Montbar, en pleno ensanche barcelonés. Un local encantador,  desenfadado, en el que se puede comer o simplemente picar algo, pero todo de calidad y muy cuidado. Platos ligeros, limpios, vistosos con productos del entorno, pero en los que se cuelan chispazos cosmopolitas. Nominada en elpremio Cocinero Revelación en Madrid Fusión, fue subcampeona ¡qué lástima! “Trabajamos mucho para sacar el restaurante adelante. Somos pocos en la cocina, no puedo hacer todo lo que me gustaría, ni expresarme con rotundidad, pero hay que ser paciente. Todo llegará. Estoy contenta porque a los clientes  -que son muy fieles- les gusta lo que hago. Esa es la mejor 

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