Elena Arzak
Soporta con una sonrisa el peso del apellido Arzak. Lo luce con dignidad, como si fuera la tiara de una princesa, consciente de lo que representa. Después de prepararse a conciencia, se enfrenta al reto de dirigir uno de los mejores restaurantes del mundo, cuando su padre el gran Juan Mari Arzak, le dé luz verde.