Se llama Grant Achatz. Es uno de los cocineros más influyentes de Estados Unidos, aunque en España es poco conocido, a pesar de haber intervenido varias veces en Madrid Fusión y otros encuentros gastronómicos y ocupar puestos relevantes en listas y guías (puesto 26 en la lista 50Best y 3 estrellas Michelin).

Hijo culinario de elBulli –su paso por Cala Montjoi marcó para siempre su carrera según él mismo admite- estudió en la mejor escuela (CIA), se formó en los mejores restaurantes de Norte América (The french Laundry, Charly Trotter) y rápidamente fue consciente de que las cosas podían ser diferentes. "Ferran me eneseñó que la cocina es un lenguaje". Lo que le ha lelvado a convertir su estilo culinario en una especie de funambulismo gastronómico en el que le gusta comprometer a todos los sentidos y arañar los límites.  Su cocina, que es su forma de expresión, encarna la más pura vanguardia norteamericana.

Alinea, su restaurante es un éxito, como también lo son los otros negocios,  Next y The Aviary (un cocktail bar) que gestiona junto con Nick Kokonas, su socio financiero.

Chicago-Madrid: historia de una mudanza

Ante la inminente apertura de #AlineaMadrid y con el 80% de las cenas vendidas, el lunes, Grant no parecía ni cómodo, ni feliz, mucho menos entusiasmado, a pesar de que sus palabras ponían en énfasis en lo insólito y estupendo del proyecto. “La experiencia que está a punto de empezar es algo realmente único e increíble”, dijo. Su semblante transmitía preocupación, desasosiego, tal vez consciente de su responsabilidad y de la envergadura de la aventura en la que se ha embarcado.

Con motivo del décimo aniversario de Alinea, el restaurante se va a cerrar durante varios meses para remodelarlo. Una la excusa perfecta para emprender cualquier iniciativa, que permitiera mantener al equipo junto y trabajando, no entrar en números rojos, promocionar el nombre de Alinea y disfrutar cocinando.

Tras una conversación con Javier Gutiérrez, socio financiero de Dani García, durante la cena homenaje a Ferran Adrià que se celebró en Marbella el año pasado,  en la que intervino el cocinero estadounidense, la idea, que ya rondaba la cabeza de Achatz, cuajó. A los pocos meses estaba decidido: Alinea viajaría a España de la mano del grupo DG (DaniGarcía), bajo la supervisión de la agencia de comunicación Mateo&Co, con la colaboración del grupo hotelero NH –empeñado en hacer de la gastronomía bandera, algo que es muy de agradecer- y un pequeño conglomerado de empresas (Kitchen Consult, etc) que harían realidad la idea de Grant. Tras la etapa española (que durará cuatro semanas) les espera el hotel Faena de Miami, donde recalarán otro mes. Allí hace tiempo que se ha colgado el cartel de no hay billetes. “Bussines is bussines” eso es algo que los americanos tienen clarísimo y de lo que, además, no se avergüenzan.

El proyecto tiene más entidad que un pop up, formato de restaurante efímero, que se ha puesto de moda, al que han recurrido desde los hermanos Roca a René Redzepi. Para que Alinea pudiera viajar a Madrid se han construido dos cocinas (una de producción y una de pase) y un comedor con capacidad para 40 comensales en lo que era el salón de desayunos ejecutivos del HN Collection Eurobuilding. Tras la intervención del interiorista de moda, Lázaro Rosa Violán, el sótano ha quedado aparente, aunque con una atmosfera un tanto inquietante que recrea grafitis en blanco y negro en los que aparecen ojos y tentáculos al mas puro estilo Alien. Lo más llamativo la cocina en forma de U con una gran isla central, que se integra desnuda en el centro del comedor.  El equipo de Dani García ha supervisado la gestión culinaria, la parte que sorprendentemente más quebraderos de cabeza ha dado a Grant, que ha tenido dificultades para encontrar productos, al menos en la forma que él y su equipo los necesitan. “Ni imaginar el espacio, ni pensar el menú, aunque lo hemos ido cambiando a medida que avanzaba el proyecto, lo más complicado ha sido dar con los productos adecuados”, me dijo Grant durante la visita a las instalaciones.

Así va a funcionar

El restaurante abrirá de martes a sábado. Cada día, dos turnos (18.30h y 22.30h) de cena con 40 personas cada uno. Durante las cuatro semanas que va durar la experiencia, se estima que pasarán por #AlineaMadrid unas 1.700 personas.  El 50% de ellas proceden de Europa (Reino Unido, Alemania y Bélgica), el resto españoles y de otras nacionalidades. Hay un gran contingente de profesionales del sector, siempre interesados en ver lo que hacen los colegas, y un buen plantel de periodistas internacionales, ansiosos por retratar este evento único. El hecho de reunir bajo el techo de un hotel dos restaurantes con tres estrellas Michelin y, además,  lograr que sus cocineros creen una experiencia colaborativa para la ocasión, es un acontecimiento insólito.

#AlineaDiverXo

La primera semana, es decir desde ayer y hasta el domingo la experiencia se desdobla en dos cenas consecutivas, una en el espacio Alinea a cargo de Achatz y otra en DiverXo a cargo de Dabiz Muñoz, quien sorprendentemente no fue convocado a la rueda de prensa que se celebró el lunes. Si el espacio de Acahtz hace un guiño al Chicago de los años 80, el menú de Muñoz se inspira en la movida madrileña de la misma década; sobre las servilletas, bordado, el lema “vanguardia o morir”.

El menú de Alinea esta compuesto por 9 pases y otros tantos suma el de DiverXo. En total 18 platos por un precio de 500€. El maridaje de vinos es obligatorio al hacer la reserva y se puede elegir entre el normal125€ y el reserva 250€.  

#AlineaAlinea

Desde el martes 19 y hasta el 6 de febrero, la experiencia cambiará para ser sólo Alinea, ya sin la colaboración de Muñoz. Achatz ofrecerá un menú de 18 pases por 275€ y las mismas opciones.