Una taberna contemporánea basada en tapas de corte moderno, embutidos y quesos al corte y una bodega con más de doscientas referencias, que incluye una buena selección por copas.


La semana pasada, Ángel García, dio la bienvenida a su último proyecto: El Santo. Una taberna contemporánea basada en tapas de corte moderno, embutidos y quesos al corte y una bodega con casi doscientas referencias, que incluye una buena selección de vinos por copas, para probarlo todo y a todas horas.

 

¿Qué se come en El Santo?

Ubicado en un céntrico local con paredes de piedra procedentes de la antigua cantera de la Serra Grossa con más de un siglo de antigüedad, García ha diseñado un espacio luminoso, cálido y confortable en el que disfrutar de una cocina cuyo punto de partida son los clásicos, pero que se reinventa con mezclas y técnicas actuales para transformarse en platos apetecibles, suculentos y fáciles de compartir. Prueba de ello son el Puerro carbonara a la brasa; la Ensaladilla ibérica; la Croqueta de carrillera a la brasa; el Tuétano, mollejas y habitas baby; los Callos alicantinos o la Carrillera, boniato y manzana.

 

Croquetas de carrillera a la brasa

Para completar la experiencia, El Santo dispone de una vitrina repleta de embutidos españoles e italianos, así como una oferta de quesos del mundo conformada por más de cincuenta tipos distintos que los clientes pueden degustar al corte en el momento y diseñar sus tablas en función de sus gustos.

 

¿Y qué se bebe?

La bodega de El Santo está diseñada por Antonio Boyero, sumiller de Templo, y es una de las joyas del local. En ella el comensal puede elegir vinos de bodegas emblemáticas, de pequeños productores, rarezas únicas o de elaboración natural entre las más de ciento ochenta referencias nacionales e internacionales, y por supuesto, también pueden degustarse por copas un buen número de ellos.

 

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