El barrio porteño más joven, el más caro y –dicen– el más seguro. De cara al río, un distrito de diseño y gastronomía con cierto toque futurista.


Del paisaje de barcos oxidados y perros vagabundos que hace medio siglo se escurría entre las avenidas Córdoba y Brasil no quedan rastros. La impronta orillera dio paso a un distrito donde conviven rascacielos, hoteles cinco estrellas, paseos peatonales, diques de estilo industrial inglés que llevan nombres de mujeres argentinas ilustres, más el primer tranvía moderno del país.

El boom comercial e inmobiliario de Puerto Madero durante los 90, explica que sus restaurantes se hayan multiplicado como los panes hasta convertir el lugar en polo gastronómico. Hay parrillas clásicas –La Cabaña, Cabaña Las Lilas, El Mirasol–; restaurantes de sushi; de comida italiana; española; china; nikkei, mexicana; peruana, latina, de autor.

Más allá de los archi conocidos de cocina porteña como Happening, los italianos Sotto Voce o Bice, que mantienen un público fiel, los foodies y rastreadores de “la nueva cocina argentina” eligirán Chila, uno de los mejores restaurantes de la ciudad donde se luce Soledad Nardelli, niña mimada de la gastronomía vernácula. “Sole” pone la mira en productos nacionales; langostinos de Puerto Madryn, carne vacuna de Entre Ríos y algunos ingredientes poco explorados, como el yacaratiá (madera comestible de la provincia de Misiones), tratados según técnicas actuales. Buena mano, preocupación por la trazabilidad y talante sensible refleja su menú de 7 pasos acompañados con vinos de Bodegas Chandon.

De los mismos dueños es Le Grill, la súper parrilla con cámara destinada a la maduración de carnes dry age y cocina que muestran la asepsia de un laboratorio. Delicias inhallables en otros sitios, como las mollejitas de chivo, son el preámbulo elegido por el chef Agustín Basualdo para las carnes vacunas muy maduradas: último capricho porteño y las vedettes del lugar (ahora lanzan una pieza con 100 días de maduración). Claro que aquí no consultan al comensal sobre el punto de cocción; mejor preguntar y evitar sorpresas. La cava es impresionante, y los quesos, para reincidir.

Cerca de la reserva Ecológica y la Costanera Sur, los precios de las propiedades se disparan tan alto como los edificios high-tech. El Hotel Hilton con su restó El Faro, fue pionero. La competencia: el Hotel Madero, cuyo restaurante Rëd Resto & Lounge, de cocina afrancesada a cargo del chef Steven Jung, cuenta con una destacable cava.

Un cinco estrellas con nombre propio: el Faena Hotel + Universe, monumento a la exageración, al kitsch y al marketing, mentado por el empresario Alan Faenay restaurado y decorado por el diseñador Philippe Starck. Ala hora de comer, en el Faena se puede optar por El Mercado, que, inspirado en la atmósfera de las cantinas, con el horno de barro como plus criollo, ofrece platos argentinos. O por El Bistró, de inefable ambientación (resistir o no resistir los unicornios blancos de ojos rojos, todo un dilema). Allí el chileno Christopher Carpentier compone una carta que hace foco en pescados y mariscos, de tono contemporáneo y licencias no siempre felices. Aciertos y dislates aparte, El Bistró desplazó al que fuera preferido de los famosos, El Clan, donde comieron Madonna y Elton John. Para cerrar el círculo gourmet, en el Faena Arts Center pensado para darle lugar a las expresiones artísticas en el vecindario, desembarcó hace un tiempo Osaka, nikkei recomendable. Detrás de su barra, la talentosa Mona Gallosi.

En tren de frugalidades, los delis quieren parecerse a los de la ribera de Manhattan o del Canary Wharf de Londres. En Le Blé y en I Central Market (combo de bazar, café, restó, boutique gourmet, tienda de flores, frutas, verduras) se pueden probar aceptables sándwiches, ensaladas y tartas.

La perla cultural: el Museo Fortabat –que alberga restaurante de sesgo mediterráneo y la colección de Amalia Lacroze de Fortabat– confirman que gastronomía y arte se alían en este distrito con olor a nuevo, donde el viento húmedo lleva y trae aromas complejos o simples. Jóvenes y viejos aires de Buenos Aires.

El imperdible

Chila. Alicia Moreau de Justo 1160. 4343-067. www.chilaweb.com.ar

 

Los recomendados

Happening.Cocina Porteña a cargo del genial Martín Arrieta. Av. Alicia Moreau de Justo 310. 4319-8712. [email protected]

Osaka.Juana Manso 116. Dique 3. www.osaka.com.pe

Le Grill. Av. Alicia M. de Justo 876. www.legrill.com.ar

L' Osteria. Regionalismos italianos.Aime Paine 1320. 5353-3322.

 

Restaurantes de hotel

Faena Hotel + Universe, El Mercado y El Bistro. Martha Salotti 445. 4010-9200. www.faenahotelanduniverse.com

El Faro, Hotel Hilton. Macacha Güemes 351. 4891-0040. www.hilton.com

Hotel Madero Sofitel. 5776-7677.White Bar y Rëd. Rosario Vera Peñaloza 360. www.hotelmadero.com

 

Parrillas

Cabaña Las Lilas. Av. Alicia Moreau de Justo 516. 4313-1336.

El Mirasol. Av. Alicia Moreau de Justo 138. 4315-6277.

La Cabaña Av. Alicia Moreau de Justo 38. Fundado en 1935. Famoso su bife de chorizo.

 

Italianos

Sotto Voce. Alicia Moreau de Justo 176. 4313-1199.

Sorrento. Av. Alicia Moreau de Justo 410. 4319-8731.

Bice. Av. Alicia Moreau de Justo 192. 4315-6216.

Marcelo. Av. Alicia Moreau de Justo 1140. 4342-8689.

La Parolaccia Trattoria. Alicia Moreau de Justo 1052. 0810-555-5272.

 

Latinoamericanos

Lupita. Mexicano. Olga Cossettini 1091.

La rosa náutica. Peruano. Av. Alicia Moreau de Justo 246.

Mamani. Peruano.Av.Alicia Moreau de Justo 1758.

 

Chino

Royal China. Cocina de Hong Kong.Av. Alicia Moreau de Justo 1808.

 

Japonés

Sushi Club. Petrona Eyle 471.

 

Delis

I Central Market. Pierina Dealessi y Machaca Güemes.

Le blé. Av. Alicia Moreau de Justo 152.

 

Museo Fortabat

La colección. Pierina Dealessi 140.

María de Michelis

María de Michelis

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