
Quesos frescos y ligeros para disfrutar el verano
Cenas, aperitivos, picnics… son los momentos más adecuados.
Que las altas temperaturas no te engañen: el queso sigue teniendo su sitio en esta temporada, sobre todo si eliges variedades que aporten frescor, matices distintos y momentos de puro placer. Aquí te presentamos cinco quesos que no pueden faltar en tu nevera este verano.
1. Requesón — España
Si buscas un queso bajo en grasas pero alto en proteínas, el requesón es, sin duda, tu mejor aliado. Este queso fresco, tradicional en muchas regiones de España, es especialmente apreciado por deportistas y personas que cuidan su alimentación. Aporta unas cuatro veces más proteínas que la leche y el doble que el yogur, una opción excelente para mantener la masa muscular o simplemente disfrutar de una alimentación más ligera y saludable.

Requesón
Su textura granulosa, húmeda y delicada lo convierte en un ingrediente extremadamente versátil en la cocina: puedes saborearlo solo, con un chorrito de miel o acompañado de frutas o frutos secos. Incorporarlo en ensaladas para añadir un toque cremoso y ligero, o integrarlo en platos calientes, ya que se funde con facilidad y aporta jugosidad sin excesos de grasa.
Además, en el mercado encontrarás muchas opciones artesanales, elaboradas en pequeñas queserías repartidas por toda España, tanto de leche de cabra como de oveja. Cada uno con matices de sabor propios, desde notas más lácticas y suaves en el caso de la cabra, hasta toques más intensos y ligeramente dulzones en los de oveja.
No dejes de buscar y probar diferentes variedades hasta dar con tu favorita. Y si quieres sorprender, anímate a preparar una lasaña de verduras con requesón, o unos calabacines rellenos de langostinos con este queso, platos que pueden convertirse en la estrella de tus reuniones veraniegas.
2. Ricotta Affumicata — Cerdeña
Quizá tengas en mente la clásica ricotta blanca, de sabor suave y textura granulosa, pero la versión ahumada de Cerdeña está en otro nivel. La Ricotta Affumicata se elabora a partir de suero de leche y, tras su proceso habitual, se somete a un ligero ahumado que le confiere un sabor más intenso, matices salinos y ese toque ahumado tan característico. Su color suele tornarse ligeramente dorado o ambarino, y su textura es algo más firme, perfecta para rallarla o cortarla en láminas finas. Pruébalo sobre ensaladas para darles profundidad, en tostadas con aceite de oliva virgen extra, o en pastas frías.

Ricotta Affumicata (Formaje)
Una pista: en los entrantes típicos de Calabria, suelen servirla simplemente cortada en rebanadas, acompañada de embutidos o verduras asadas. Es un bocado sencillo, pero lleno de sabor. La Ricotta Affumicata es, sin duda, un pequeño tesoro italiano que merece un sitio especial en tu nevera. Si te apasionan los quesos con carácter, ¡no dejes de probarla!
3. Ové Japonais — Francia
¿Quieres impresionar a tus invitados este verano? El Ové Japonais es un queso francés único, elaborado artesanalmente con leche cruda de cabras alpinas en la región de Normandía.
Su gran particularidad es que en la superficie tiene una hoja de Sakura (cerezo japonés), lo que no solo le aporta un aspecto elegante y delicado, sino también unos aromas sutiles y exóticos que recuerdan a la canela, las flores y ligeros matices herbales. Este envoltorio vegetal no es solo decorativo: ayuda a conservar la humedad del queso y a transmitirle un sabor delicado y fragante.

Ové Japonais
En boca, el Ové es cremoso, con un sabor suave pero lleno de matices, ligeramente ácido y con un retrogusto aromático que sorprende por su originalidad. Es perfecto para quienes buscan quesos diferentes, con toques innovadores y un perfil gourmet.
Para disfrutarlo plenamente, sácalo de la nevera al menos 45 minutos antes de servirlo, para que alcance su temperatura ideal y despliegue todos sus aromas. Combínalo con una copa de Riesling bien frío o incluso con un sake ligero, y tendrás un aperitivo digno de los paladares más exigentes. Esta especialidad aúna la tradición quesera europea con la sutileza de la cultura japonesa. ¡No dejes de probarlo!
4. Figuette — Francia
Imagina la delicadeza de un queso suave y cremoso, cuya textura se deshace lentamente en la boca, revelando un corazón dulce de higo que aporta un contraste maravilloso de sabor y un toque afrutado. Así es Figuette, una auténtica joya gastronómica nacida en la región francesa de Tarn y elaborada con esmero a partir de leche pasteurizada de cabra.
Su sabor es un equilibrio perfecto entre la frescura láctica típica de los quesos de cabra y la dulzura melosa del higo, que le otorga una personalidad única. Untuoso y ligeramente ácido, resulta difícil resistirse a seguir probándolo, bocado tras bocado.
Figuette es ideal para incluir en una tabla de quesos veraniega, donde aporta sabor y un hermoso juego de colores y texturas. Su versatilidad lo convierte en un compañero excelente de vinos blancos frescos, especialmente aquellos con notas florales o frutales; incluso de una copa de cava bien frío, cuyo burbujeo limpia el paladar y realza la dulzura del corazón de higo.

Figuette (Formaje)
Pero detrás de este queso tan especial se esconde también una historia de vida y pasión. La quesería Le Pic nació gracias a Jef y Claude Redmond, quienes en 1984 decidieron dejar atrás la vida urbana en París para instalarse en el Tarn y dedicarse a la ganadería de cabras. Su sueño era trabajar en contacto con la naturaleza y producir quesos auténticos, respetuosos con el entorno y con los animales. Hoy, sus hijos continúan esta tradición familiar, elaborando quesos que son el reflejo de su amor por la tierra, los animales y el buen hacer artesanal.
Así, Figuette no es solo un queso exquisito: es también el resultado de una historia familiar, de dedicación y de la búsqueda constante de la excelencia. Una pequeña delicia que te transporta, en cada bocado, a los paisajes soleados y apacibles del sur de Francia.
5. O Cebreiro- España
Y cerramos con uno de los quesos más históricos y carismáticos de nuestra geografía: O Cebreiro, auténtico orgullo de Galicia. Este queso elaborado con leche pasteurizada de vaca, que estuvo a punto de desaparecer en los años ochenta, ha resurgido como un verdadero tesoro gastronómico gracias al empeño de pequeños productores y al amor de los gallegos por sus tradiciones más arraigadas.
Su aspecto ya avisa de que estamos ante algo fuera de lo común. Su forma peculiar, similar a un hongo o a un gorro de cocinero, lo hace inconfundible y lo convierte en una pieza casi escultórica que llama la atención en cualquier tabla de quesos. Pero su encanto no se limita al exterior, pues en el interior nos espera una pasta blanca, ligeramente harinosa y muy delicada. Su sabor combina una suavidad láctica con un ligero toque ácido, que lo diferencia de otros quesos frescos y lo hacen especial para paladares que buscan matices diferentes.

O Cebreiro (Formaje)
Su versatilidad en la cocina es enorme: es delicioso sobre pan de hogaza caliente coronado con rodajas de kiwi, creando un contraste sorprendente. Si prefieres algo más goloso, prueba O Cebreiro con brevas —¡aprovecha la temporada! — o espera la llegada de los higos, cuyo dulzor armoniza con el punto ácido del queso.
Y si lo que deseas es transformar este queso en un postre, acompáñalo con un hilo de miel de palma, un bocado que gusta tanto a niños como a adultos, y que rinde homenaje a la riqueza gastronómica y cultural de Galicia.
Este verano, atrevete a explorar quesos
Quesos distintos, más frescos, ligeros y llenos de personalidad. Hay todo un mundo de sabores esperando ser descubierto: desde cremosos quesos con corazones dulces, hasta variedades más saludables que cuidan tu alimentación sin renunciar al placer, o auténticos tesoros tradicionales con siglos de historia.
Anímate a incorporarlos en tus ensaladas, en platos sorprendentes o simplemente a disfrutarlos con un buen pan y un vino bien escogido. Descubrir nuevos quesos es también viajar, conocer historias de familias apasionadas por su oficio y saborear paisajes enteros en cada bocado. Tu paladar —y tus invitados— te lo agradecerán, porque pocas cosas hay tan especiales como compartir una mesa llena de sabores que nos acercan a lo mejor de nuestra gastronomía.
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