Aprovechamos la inauguración de Absis el nuevo restaurante de Albert Raurich en el MNAC para recorrer otros cinco.


Cocinar y comer bien es un arte. Pero ¿y si resulta que cada vez es más combinable la experiencia de una buena colección permanente o una exposición temporal con un menú gastronómico? Prueba de ello es la reciente apertura del restaurante Absis, asesorado por Albert Raurich, en el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC), situado en lo alto del Palacio Nacional de Montjuïc. Aprovechando esta novedad, pasamos revista los mejores restaurantes en museos de Barcelona. Una tendencia que desde hace años funciona con éxito en Londres -el español José Pizarro se estrenó hace un par de años en la National Gallery-  y París -Jean-Georges Vongerichten hace mucho que abrió en el Pompidou-.

Hasta ahora los restaurantes situados en la mayoría de los museos ofrecían un servicio al visitante, cubrían una mera necesidad. Pero cada vez más, los centros de arte cuentan con restaurantes que van un paso más allá: ya no se trata solo de alimentar a visitantes agotados antes o después de la visita a sus colecciones, sino de alimentar a esas almas que, como mínimo, han incluido el arte en sus agendas, que ya es indicativo de sus apetitos y su sensibilidad al arte, a la artesanía, y ¿por qué no? A la cocina también.

 

1.- Absis en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC)

Palau Nacional. Parc de Montuïc, s/n.

El MNAC siempre ha sido un reclamo turístico y uno de esos rincones con más magia de la ciudad para los locales por las vistas espectaculares desde lo alto de Barcelona y sus tesoros artísticos – ya que albergan una de las colecciones más extensas y mejor conservadas de la Edad Media de la Península Ibérica combinada con algunas obras de los reconocidos Gaudí o Jujol, entre otros encantos. 

Ahora, gracias a su recién estrenado Absis, el museo ha aumentado su poder de convocatoria y será difícil saber en los próximos meses quién alimenta a quién: si el visitante amante del arte al restaurante, o el “foodie” que viene a probar lo nuevo de Raurich al museo.

Restaurantes en museos (Albert Raurich)

 

En el caso de Absis, se trata del tercer restaurante en Barcelona del chef catalán – aunque el primero que asesora y que no gestiona directamente-. Además de su extensa carrera en solitario, con Dos Palillos y Dos Pebrots, Raurich fue durante años mano derecha de Ferran Adrià en elBulli y hoy continúa trabajando a su lado en algunos de los proyectos de la Bullipedia. 

Cocina mediterránea entre reliquias medievales

Raurich asegura que no tiene miedo a canibalizar a su público con este nuevo local –aun compartiendo algunos de los platos con Dos Pebrots- y es que el concepto de Absis es muy diferente: se trata de combinar tradición mediterránea y producto de primera calidad y de temporada, con una oferta para todos los públicos – por obvias exigencias del guión – y con un único objetivo: “que se coma bien, es decir que la cocina sea buena: esté bien ejecutada con productos reconocibles«.

No buscamos una cocina gastronómica de vanguardia, sino platos bien hechos, bien presentados y que conecten con la tradición mediterránea«, explica Raurich, aunque para los clientes con más pretensiones gastronómicas servirá un menú degustación a 65 euros consistente en medias raciones de algunos platos seleccionados de la carta. A diario ofrecerán además un menú ejecutivo por 35 euros por persona.

Algunas elaboraciones que destacan en una primera carta que el cocinero catalán asegura que “irá evolucionando” a medida que vaya avanzando la andadura de este nuevo proyecto, son la caballa ahumada con ‘menjar blanc‘ (uno de los platos que comparte con el Dos Pebrots), los espárragos blancos tibios con espuma de mayonesa cítrica caliente, el curioso escabeche caliente de olivas y uva, los filetes de sardina con saquitos de remolacha y pistacho, el pollo con vieira y melocotón que se inspira en una receta que Raurich probó en un mítico restaurante tradicional de cocina catalana, Cal Xim, en Sant Pau d’Ordal (Barcelona) la espuma de crema catalana, el ‘coulant’ de algarrobo (o como dice Raurich, “el chocolate de los pobres” ) sabroso, dulzón y novedoso a partes iguales.

Unas vistas de ensueño

Además de por la oferta gastronómica, el local de Absis, – que antaño ocupaba el restaurante L’Oleum gestionado por Fina Puigdevall (Les Cols, Olot)-, impresiona por las vistas de pájaro sobre Barcelona y por la luz, enfatizada con un techo en diagonal elaborado con multitud de espejos, que magnifican la amplitud de la sala.

En esta aventura, Raurich no se ha embarcado solo con su equipo, la puesta en escena y gestión diaria del restaurante la llevará la empresa de catering Vilaplana, algo que el catalán ha valorado como una oportunidad de crecimiento de cara al futuro.

 

2.- 1881 per Sagardi en el Museo de Historia de Cataluña

Plaza de Pau Vila, 3.

El MNAC no es el único museo de Barcelona en el que se come bien. Si conoces la ciudad encontrarás pocas terrazas con mejores vistas sobre el puerto de Barcelona, Montjuïc y la Barceloneta como la del restaurante 1881 del Museo de Historia de Cataluña. 

Se trata además de un espacio de lo más polivalente: allí se puede tapear y vermutear, comer platos de la carta o beberte un cóctel. Además, ahora en temporada de buen tiempo, todas las tardes a partir de las 16.00 horas, pincha un ‘disc jockey’ para tardeos frente al mar en su Terraza de las Indianas.

Ojo a sus patatas bravas y a platos de cocina mediterránea sencillas, tales como carnes y pescados a la parrilla. Tienen además un menú diario con producto de proximidad que merece la pena.

3.- Norai (Museo Marítimo de Barcelona)

Avenida de les Drassanes, 1.

Su terraza es un oasis de paz al final de las Ramblas barcelonesas. De amplias proporciones, con árboles que dan sombra – que bien se necesita en Barcelona cuando aprieta el calor – y una fuente repleta de nenúfares en el centro. Después -o antes- de sumergiros en el mundo del mar, la navegación, el comercio y la transformación de Barcelona visitando el Museo, se puede pasar por el restaurante y probar su menú diario de 24 euros con tres opciones de entrante, principales y postres. Está basado en la cocina de proximidad y pescado fresco procedente de las lonjas locales. Periódicamente organizan ciclos para dar a conocer la cocina con pescados del Mediterráneo. Un lugar para descubrir.

 

4.- Cafè Pablo en el Museo Picasso

Carrer Montcada, 15.

Los del MNAC no han sido los primeros en asociar arte y cocineros d eprestigio. En este café, asesorado por el cocinero francés afincado en Barcelona, Romain Fornell, se rinde homenaje al viaje que Picasso y otros artistas realizaron a París para descubrir el arte de vanguardia y formar parte de este movimiento. Aquí se combina la cocina tradicional francesa tales como el confit de pato asado o el boeuf bourgingnon, y las tapas más típicas de España, tales como las croquetas o el pan de coca de cristal con tomate. El Café Pablo Museo Picasso tiene el mismo horario que el museo; ofrece desayunos, almuerzos y meriendas en su espacio interior y en las dos terrazas habilitadas para el servicio de los comensales.

Restaurantes en museos (Museo Picasso Barcelona)

 

5.- El restaurante de la Fundació Miró 

Distrito de Sants-Montjuïc, s/n

El restaurante de la Fundació Miró es tan mediterráneo e internacional como el genio que da nombre al centro. A pesar de estar situado en una planta baja, la sala tiene mucha luz y dispone además de una terraza que da al llamado Patio del AlgarroboTodo un lujo por la luz y por la tranquilidad que se respira. Igual ocurre con su carta: un paseo gastronómico por la cocina mediterránea. La oferta pone en valor los productos de proximidad, los vegetales y la cocina tradicional. Se pueden encontrar algunos platos muy vinculados a Mallorca y al Camp de Tarragona, paisajes artísticos y emocionales de Joan Miró, como el xató, la sobrasada o el aceite de oliva virgen.  El establecimiento abre a las mismas horas que el museo, permitiendo comer y merendar de martes a sábados (los lunes no festivos está cerrado).

restaurantes en museos (Barcelona)

6.- Terracccita en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB)

Carrer de Montalegre, 5.

Está en la tranquila plaza de Joan Coromines, en la parte trasera del CCCB y del Macba (Museo de Arte Contemporáneo) y su terraza es un verdadero gusto. 

Su oferta gastronómica es sencilla y para dar servicio. Ofrecen desayunos y acaban con los cócteles, pasando por los menús de mediodía. También puedes tapear o hacer el aperitivo: bravas, jamón ibérico, humus, croquetas… En definitiva, sencillas creaciones de estilo mediterráneo para compartir y sin pretensiones.

 

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Isabel Conde

Isabel Conde

Periodista licenciada en la UCM se ha especializado en gastronomía porque es su pasión. Nos mantiene al día de las novedades de Barcelona, entrevista a cocineros y realiza interesantísimos reportajes sobre tendencias, novedades, etc.

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