
Mermelada de limón y jengibre
Una combinación fresca y llena de beneficios
Preparación
Sabemos que el limón es muy importante en nuestra gastronomía y medicina, pero el jengibre no lo es menos. Su origen es desconocido, pero sus mayores productores son la India, China y Nepal. Esta raíz se puede utilizar tanto en crudo como cocinada, y sirve para aderezar infinidad de platos, carnes, pescados, ensaladas, postres y, ¡cómo no! mermeladas, confituras y jaleas.
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Limpia debajo del grifo frotando con un cepillo fuerte la piel del limón para quitar todas las impurezas, corta los extremos y deséchalos.
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Corta el limón en rodajas muy finas, ponlas en un táper cubiertas de agua y sal, deja en la nevera hasta el día siguiente, vuelve a cambiar el agua, añade sal y deja en la nevera una noche más. El tercer día, retira de la nevera y escurre, corta las rodajas del limón en cuatro mitades y saca las pepitas.
Por otro lado, prepara los 50 cl de zumo de limón, y reserva.
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Pon en el fuego una cazuela con 4,5 litros de agua y el limón cortado, tapa y deja hervir unos 30 minutos a fuego bajo. Destapa, y cuando la piel esté blanda, añade el jengibre y hierve destapado unos 10 minutos. Transcurrido ese tiempo, si el agua se ha evaporado, sube el fuego y añade el azúcar. Remueve bien para que se integre y continúa la cocción unos 15 minutos. Añade el zumo de limón, deja cocer 5 minutos más, y ya tendrás la mermelada.
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Apaga el fuego, y envasa en tarros de inmediato.
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Tapa para esterilizar en una olla con agua durante 35 minutos a 90 ºC.
Combina con: carpaccio de gambas.
Una receta del libro Mermeladas y Confituras: Un nuevo mundo gastronómico de María Regás y Teresa Millàs. Editorial Planeta
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