Un chiringuito donde todo es desmesurado, el tamaño de los pescados y también su precio. Un rincón sofisticado para comer a la sombra de las sabinas escuchando el mar. Estamos en Ibiza pero no hay música.
Embrujados por las medusas metálicas que flotan bajo el techo, obra de la artista austriaca Katrin Kirk, nos dejamos seducir por la cocina sabrosa y chispeante de Óscar Molina. Una fusión personal a tres bandas entre Perú, Japón y el Mediterráneo ibicenco.