En el casco histórico de Segovia, Villena sorprende por su ubicación, un antiguo convento capuchino del SXVII y por su cocina dedicada al bosque castellano de pinos. La cocina de Rubén Arnanz respeta el origen y sabor original del producto, que se toca lo mínimo, logrando la cercanía con el comensal.
Tiene clima de fiesta en continuado. Barra a la entrada donde distraer la espera con un cóctel, cocina a la vista de la que salen platos para compartir, música klezmer y aires neoyorkinos. Mishiguene ocupa un espacio que estaba libre en Buenos Aires: el de la cocina judía contemporánea.
En un espacio contemporáneo con vistas al mar, el cocinero Iván Domíguez demuestra la excelencia culinaria de pescados hasta ahora considerados de segunda categoría cuando se les aplican las técncias culinarias adecuadas. Un paso adelante más de la joven cocina gallega.


