Un chiringuito con hechuras de restaurante al que agradecerle que en los espetos ya no sólo veamos sardinas

DIRECCIÓN: Urbanización Los Verdiales (Entre Hotel Marbella Club y Hotel Puente Romano) Marbella (MÁLAGA) .ESPAÑA

CONTACTO: 952 00 90 80   http://www.lamillamarbella.com


TIPO DE COCINA: Alta cocina clásica

DÍAS DE CIERRE:Lunes cena, Martes cena, Miércoles cena, Jueves cena, Viernes cena, Sábado cena, Domingo cena


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APROPIADO PARA: Para ir en pareja, Con amigos, Al borde del mar



Julia Pérez Lozano
Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM. Especialista en gastronomía. Autora de numerosos libros y guías. Trabaja con lo que más le gusta: las palabras y los alimentos.

La Milla Marbella es un chiringuito porque está en la playa, en la orilla del mar. Se come en chanclas, hacen espetos de pescado, el servicio es informal y nadie se espanta porque pidas un tinto de verano. Por lo demás tiene hechuras de restaurante.

Los propietarios, dos jóvenes marbellies Luis Miguel Menor y Cesar Morales, tratan -aunque no siempre lo consiguen- de ofrecer un estupendo producto que tratan con mimo. A ellos hay que agradecerles que en los espetos de la Costa del Sol ya no solo haya sardinas (de tamaño ridículo) sino también grandes pescados: pargos, lubinas, besugos de la pinta… Se puede comer muy bien y a un precio razonable para el lugar si se elige el arroz de ibéricos (realmente bueno) salmonetes, boquerones o calamares fritos (16€) o la lubina salvaje al espeto (50€/kilo) con un punto extraordinario.

Si uno se deja llevar por las cigalas, las nécoras encebolladas, el bogavante frito o los muchos platos a los que se añade caviar (muchas veces sin necesidad) la cuenta se dispara, y la satisfacción no es proporcional. Para los curiosos que quieren probarlo todo ofrecen un menú degustación por 87€/pax. Al final, lo más clásico y lo más sencillo es lo que convence.

Destacar el buen trabajo del equipo de sala, que se las ve de todos los colores para dar un buen servicio en momentos de apertura y aún así salen airosos, terminando platos ante el cliente y limpiando pescados con gran destreza. A pesar de su buena disposición, a veces la comida tarda en llegar a la mesa más de la cuenta. Puede que el atasco esté en la cocina. De postre, imprescindible, la milhojas de nata montada y hojaldre que se monta al momento. ¡Un pecado!

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