En un local poco atractivo, de la localidad castellonense de Benicarló, Raúl Resino -Cocinero del Año 2016- apuesta por la creatividad bien entendida, la materia prima de calidad y los precios contenidos. Ingredientes que le aseguran el éxito.

DIRECCIÓN: Alacant, 2 Benicarló (VALENCIA) .ESPAÑA

CONTACTO: 964865505   https://www.restauranteraulresino.com/


MENÚ DEGUSTACIÓN: 43.9€

TIPO DE COCINA: Contemporánea

DÍAS DE CIERRE:Lunes comida, Lunes cena, Domingo cena


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MENÚ DEGUSTACIóN: 43.9€


APROPIADO PARA: Comida de negocios, Con amigos

TIPO DE DECORACIÓN: Contemporánea



Julia Pérez Lozano
Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM. Especialista en gastronomía. Autora de numerosos libros y guías. Trabaja con lo que más le gusta: las palabras y los alimentos.
VALORACIÓN 7/10

Raúl Resino es el flamante Cocinero del Año 2016, reconocimiento que ha logrado después de superar las pruebas regional y nacional de este prestigioso concurso en el que compiten profesionales de toda España. Le han precedido compañeros de trayectorias notorias como Jordi Cruz (Abac 2*) o Beatriz Sotelo(A Estación 1*).

El restaurante que lleva su nombre está en Benicarlo, pero no en la orilla del mar o en un paraje entre limoneros y campos de alcachofa. No, se encuentra a desmano en medio de ninguna parte, en los bajos de un anodino edificio de pisos. Un local con metros de más, que resulta algo frío, poco acogedor. Pues aun así registra llenos los fines de semana en una provincia, Castellón, poco dada a la innovación culinaria ¿El secreto? El trabajo y el tesón de este madrileño que llegó a la cocina por casualidad y encontró en ella su lugar natural, el espacio donde desarrollarse.

Yodo y clorofila

El mar y la huerta son sus aliados. Sus proveedores todos de cercanía. Escoge el producto con esmero y lo mima en los fogones. Mariscos, tomates, alcachofas, pescados… Aunque de vez en cuando la compulsión creativa le juegue alguna mala pasada, y se extravié en presentaciones rebuscadas, la materia prima no sufre porque Resino sabe cómo preservarla: la adorna pero ni la deforma, ni la desdibuja. La barca de los pica-pica del mar es un ejemplo de esta práctica en la que caen con facilidad los cocineros contemporáneos, un montaje llamativo con clara intención de epatar al comensal, en la que se mezclan moluscos y pescados –impecables de punto- con crujientes, rocas y otras veleidades prescindibles que dan color, eso sí. Resino ha encontrado su lugar, ahora debe encontrarse a él mismo, aunque eso lleva más tiempo. No es fácil forjar un estilo propio y dejar de mirar fuera para empezar a mirar hacia el interior. Todos, en todos los ámbitos, comenzamos imitando, hasta que llega un momento –el gran momento- en el que ya no es necesario. Ahí está Resino, iniciando la migración para ser ya, definitivamente, Resino.

Alcachofas, no faltan

El menú comienza con la ostra del Delta Del Ebro crionizada en cava y lima con puré de mango. Aunque leyendo el enunciado no lo parezca, la mezcla funciona, tal vez convendría ahorrarse los tecnicismos que ya no están de moda. También convence la crema de cigalitas de San Carles de la Rápita y quinoa marina y arrebata la galera en dos pasos perfecta de punto.  La pequeña mariscada de nuestra costa es un festival de moluscos: caixeta –deliciosa- cañailla y langostino (crudo). El tomate 20 horas con caldo ahumado de bonito, recuerda al que preparaba Alberto Chicote en el restaurante Nodo, pero es la evidencia de la sensibilidad que Resino tiene para tocar la verdura. La alcachofa escalibada parece una porcelana, un centro de mesa modelado por un alfarero, pero no. Tersa y brillante por fuera, tierna, jugosa y dulzona en el interior con ese regusto metálico que provoca el característico amargor, es una de las mejores alcachofas que he probado. Después de seleccionar las mejores, ni grandes ni pequeñas y bien cerradas, las prepara en el horno, cubiertas con papel de aluminio, sin rabito pero con parte de las hojas, inyectándolas aceite de oliva en el interior para que queden suaves y jugosas. ¡Funciona! claro que estamos en una de las mejores zonas productoras de España protegida por la D.O Alcahcofa de Benicarló.

Termina el menú salado con la gallineta en AOVE con aromas del mediterráneo y mosaico vegetal. Plato de montaje forzado pero que convence en el paladar. De postre Horchata de arroz con leche y helado de turrón, sin salirse del terruño.
El equipo de sala, le pone voluntad,  pero al maitre le sobra elocuencia y le falta elegancia. 

Aprende a realizar una crítica gastronómica

      

   

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