Mole Negro, la cerveza de los siete chiles

Con Mole Negro no valen las medias tintas: la amas o no puedes con ella. No es para menos, porque esta cerveza es picante a más no poder. Basta con saber que incorpora nada menos que siete chiles mexicanos entre sus ingredientes –aunque sólo se citan seis en la contraetiqueta: chilhuacle negro, mulato, pasilla, ancho, guajillo y chipotle– para comprender su ardiente poderío.

Sus detractores dirán que en Mole Negro no hay mucho que apreciar más allá del picante. Es una opinión comprensible, aunque no del todo convincente: cuando se tiene un umbral bajo para soportar las sensaciones más ardientes, resulta imposible disfrutar de cualquier alimento –o bebida, como en este caso– que excite las papilas por la vía del incendio; en este caso la experiencia del picante será siempre tortuosa, sin que puedan percibirse otros matices.

Por contra, aquellos que disponen de un paladar a prueba de fuego –entre los cuales me incluyo–, podrán distinguir en Mole Negro un cúmulo de fascinantes sensaciones, amén del ardiente gozo que aportan los chiles: un sutil dulzor, notas especiadas y de frutas exóticas, agradable textura en el paso por boca, notable persistencia y una generosa acidez que contribuye al equilibrio general.

En este sentido, hay que decir que no resulta casual que los artífices de esta singular strong ale hayan recurrido a la idea del mole para bautizarla. Porque esta cerveza remite directamente a la complejidad de la mezcla de especias y chiles oaxaqueña que se ha convertido en un estandarte de la gastronomía mexicana, combinando el ardor de los chiles con los matices terrosos del cacao, el dulzor de la caña de azúcar y la acidez y el amargor que aporta la piel de bergamota.

Para rematar la mayúscula sorpresa, revelaremos también que Mole Negro no es una cerveza mexicana –como cabe suponer– sino española. Más precisamente, una edición especial –y limitada, que remedio– firmada por Nómada Brewing, misteriosa factoría de cervezas raras que oculta su origen con este argumento:

"Nuestro hogar es cualquier lugar donde nos dejen compartir, aprender, mostrar y desarrollar nuestro proyecto. No nos puedes ubicar geográficamente pero sí tenemos unas profundas raíces mediterráneas, artísticas y técnicas."

Además de la audacia de rematar la locura de Mole Negro introduciendo en cada botella un buen trozo de chile, habrá que añadir.

¿Quién se atreve a probarla?


 

Federico Oldenburg

Periodista especializado en vinos y destilados, colaborador de numerosos medios internacionales y jurado de los más prestigiosos certámenes vinícolas.

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