Luis Gutiérrez, catador del equipo de Robert Parker para España, otorga la máxima calificación al Gran Reserva Blanco 1986 del Castillo de Ygay, un vino histórico de Marqués de Murrieta, que regresa al mercado con esta añada.


No son muchos los vinos que tienen la suerte de recibir, antes de su llegada al mercado, el mejor espaldarazo posible: los soñados 100 putos Parker. La bendición acaba de caerle a Castillo de Ygay Blanco Gran Reserva Especial 1986, un monumental blanco riojano, que en fecha de hoy, 1 de septiembre de 2016, se presenta por fin en sociedad, tras una paciente espera de ¡30 años! Y lo hace con un mérito si precedentes: es el primer blanco seco español que obtiene la máxima puntuación por parte del equipo del gurú Parker.

Según informan desde Marqués de Murrieta –la bodega que ha dado ha luz esta maravilla– el esperado regreso del legendario Ygay Blanco ha valido como excusa para que Luis Gutiérrez, catador de Wine Advocate –la publicación creada por mister Parker– para España, Portugal, Argentina, Chile y Uruguay, se diera una vuelta por el castillo riojano para catar unas cuantas añadas de este blanco Gran Reserva, que fue descatalogado tras la añada 1978.

Por lo visto, la pituitaria de Gutiérrez no pudo resistirse a la seducción de los viejos Ygay. Desde la bodega nos cuentan que el catador realizó una vertical de tropecientas añadas –entre 1919 y 1986– y bendijo con 100 puntos a tres de ellas: 1919, 1932 y 1986.

Al escribidor vinófilo que firma este post no le sorprende el inédito arrebato del catador de Parker a la hora de puntuar estos vinos, aún cuando Gutiérrez suele ser cauto y exigente en sus calificaciones. Porque este servidor también vivió la memorable experiencia de catar unas cuantas añadas del vino en cuestión, constatando que se trata, sin dudas, de uno de los grandes blancos del mundo.

Y ahora, con permiso del lector, paso a la primera persona, porque se trata de una vivencia personal: Rebuscando en viejos archivos, he encontrado el reportaje que publiqué en el año 2009, en la revista Sibaritas, tras un periplo riojano con José Peñín en busca de blancos añejos. En el artículo, titulado En el país del oro viejo, me referí a los blancos de Marqués de Murrieta en estos términos:

Tuvimos que esperar hasta la última escala de este extraño periplo arqueológico para descubrir las gemas más preciadas entre todos los blancos viejos riojanos. Fue en Marqués de Murrieta, donde Vicente Cebrián ha sabido reinterpretar la tradición en clave contemporánea y moderna. Todos los vinos de la bodega han progresado desde que el joven conde tuvo que tomar las riendas de la empresa familiar. En el caso de los blancos, los venerables secos (Marqués de Murrieta y Castillo de Ygay) y el dulce El Dorado sucumbieron para dar paso al flamante Capellanía, que viene a ser una versión 'aggiornada' de los viejos blancos de reserva riojanos, con 17 meses de crianza en barricas.
Pero cuando Cebrián se digna a abrir sus viejos tesoros, como el Ygay Reserva Especial de 1950, el de 1962, o los Marqués de Murrieta de 1976 y 1984, vinos capaces de codearse con los mejores blancos del mundo, la reflexión es obligada: ¿por qué no se elaboran ya en Rioja este tipo de blancos, suculentos y bien armados, con más de 18 años de crianza en barricas? Mientras la pregunta flota en el aire, el joven conde comienza a elucubrar el renacimiento de Castillo de Ygay Blanco Reserva. Un rioja antiguo, para bebedores modernos.

Además de solicitarlo en letras de molde, tras aquella formidable cata reclamé también verbalmente la recuperación de aquel blanco maravilloso. "Tienes una responsabilidad moral e histórica con los blancos de Rioja: el regreso del Ygay blanco", dije entonces a Vicente Cebrián.

Vaya uno a saber si aquellas palabras han tenido que ver con el relanzamiento de Castillo de Ygay Blanco Gran Reserva Especial. Pero en cualquier caso ya lo tenemos otra vez entre nosotros, esplendoroso, vivaz y complejo, tras una crianza que no conoce ningún otro blanco contemporáneo: 252 meses en barricas de roble americano, 67 en depósitos de hormigón y más de tres años en la botella. 30 años, que se dice pronto.

Eso sí: no hay más que 8.125 botellas de 75 cl, a un precio estratosférico: 495 euros.

 

Federico Oldenburg

Federico Oldenburg

Periodista especializado en vinos y destilados, colaborador de numerosos medios internacionales y jurado de los más prestigiosos certámenes vinícolas.

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