No solo hubo comida, también vinos, cócteles, música y conversación. Diego Cabrera nos sedujo desde la entrada con sus combinados mezcaleros con guiños de chile y sus piscos evocadores. Fue una celebración en toda regla. La mejor forma de festejar juntos -los de las dos orillas del charco- lo que nos une, que es mucho y descubrir algo de lo que nos separa, que no es poco. Virgilio, Mauro y Jorge explicaron en qué consiste el proyecto Orígenes, como ya lo habían hecho en el escenario de Madrid Fusión, pero lo mejor es que los asistentes pudieron conocerlo a través de sus palabras, en primera persona, charlando con ellos. Y saborear una parte de aquello sobre lo que hablaban: quinoa, chayote, quelites, papas, maíz, res… Productos, aromas, sabores, texturas que hablaban de otras tierras y de otras gentes. De cocinas ancestrales interpretadas en clave contemporánea. Un viaje en el espacio y en el tiempo. Una promesa de futuro, de integración y crecimiento. No fueron los únicos, Carlos Pascal, chileno y propietario de Kitchen Club, había traido para la ocasión carne de guanaco, un camélido que la etnia mapuche cocina, pero que es difícil de probar, incluso allá, y lo aderzó con merkén y le puso jugo de chancaca.  Y Federico Oldenburg aprovechó para mostrar vinos desconocidos y curiosos (que comentará en GA), elaborados con uvas que hicieron el viaje de ida y vuelta mucho antes que nosotros.

Encuentro, diversión, aprendizaje, cultura. Un momento para recordar… Y repetir.

RESCATANDO LOS ORÍGENES EN MADRID FUSIÓN 2016

CENA PROYECTO ORÍGENES – GASTROACTITUD

Imágenes Paola Manfredi