Un antiguo almacén de sal, molino de mareas construido en 1590 al borde de las marismas, restaurado recientemente.
Construcción austera, toda en piedra lavada, con una superficie construida de más de 1000 metros cuadrados, enfrente del parque natural de la bahía de Cádiz.
Desde la terraza del edificio se contempla el laberinto de aguas fluviales y saladas, ricas en nutrientes, donde conviven peces, moluscos y aves.
Marismas de canales sinuosos que forman el río San Pedro y el Guadalete, repletas de caños, estanques y esteros que permiten la existencia de salinas que ya explotaban fenicios y romanos.
El cocinero Ángel León, propietario de Aponiente espera trasladar su restaurante a este lugar a partir de la primavera de 2014. Como es sabido, antes del verano recibía el Premio Nacional de Gastronomía. Mejor cocinero de 2012 otorgado por la Real Academia de Gastronomía, RAG
Con unos medios escasos León ha imaginado un mundo propio en torno al mar y esos pescados mal llamados de segunda.
Algas, arcillas de escaramujos, plancton, microorganismos y caparazones de mariscos intervienen en unos platos que se desmarcan de la rutina.
Si las marismas son un ejemplo de explotación sostenible, nadie mejor para integrar su cocina en semejante ecosistema. La tarea que le aguarda es enorme, pero como el mismo León afirma, “Pocos sueños se consiguen sin luchar antes por ellos".
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