Las panaderías de Barcelona que más nos gustan
Hace años que llevamos viviendo un boom de panaderías en Barcelona, aquí te dejamos una lista de algunas de las mejores.
Dicen que “pan con pan, comida de tontos”. No puedo estar en mayor desacuerdo, aunque puedo entender que haya una razón etimológica. Según la RAE, “panarra”, es un “hombre simple, tonto”; no obstante, la misma palabra en catalán implica un amor profundo al arte del pan.
El pan es un alimento que en su sencillez es simplemente genial y que es mucho más de lo que aparenta. Es el símbolo del sustento familiar, de compartir sobre la mesa; en la religión católica es símbolo de la vida eterna, representa además a artesanía, la tradición, el trabajo duro y, sobre todo, si está bien hecho, es realmente espectacular comerlo.
Hace años que llevamos viviendo un boom de panaderías en Barcelona, ahora ya todos sabemos – o intuimos – la importancia de la masa madre y el arte de la fermentación. Hemos pasado de pagar menos de 1 euro por una barra a pagar alrededor de 3 por piezas panaderas que alimentan cuerpo y alma. Aquí te dejamos una lista de algunas de las mejores panaderías de Barcelona que merece la pena visitar, si como yo, eres un verdadero “panarra”.
Mayer
Carrer del Diluvi, 11. Teléfono: 932 37 65 03
Esta panadería de origen francés es uno de esos lugares a los que entras por inercia, sin necesidad, y donde te cuesta decidir qué te llevas a casa ese día: panes de receta francesa, masa madre, de centeno, de harinas integrales. Los croissants son de esos sin azúcar por encima que saben “boulangerie” y allí las napolitanas de chocolate se llaman -como no- “pain u chocolat”. En época navideña hacen su “Gallete de rois”, rellena o sin rellenar, que es como nuestro roscón, pero en francés. Con tiendas en Gràcia, Poble Sec, Barceloneta, Les Corts, Poble Nou y Sarrià.
Forn Europa
Pere Laínez, 13. Teléfono: 932 84 01 36
Imagina un pan como el de antes o como el que sale en películas de antaño: ese pan de pueblo, esa hogaza que alimenta solo de verla. Pues eso es lo que encontrarás en el Forn Europa. Llevan más de sesenta años madrugando y sin embargo, sin hacer ruido. Los del Europa, te esperan en una esquina discreta, en una callejuela de poco paso, sin alardeos ni postureos, solo pan, pastas y harina. Ofrecen un pan artesano extraordinario, con opciones sin gluten y también un interesante elenco de pastas y galletas, algunas sin azúcar. Muy recomendable su pan de greña, ideal para hacer pan con tomate.
Baluard
Baluard, 38 y 42. Teléfono: 932 21 12 08
Empezó como el proyecto más personal de Anna Bellsolà, y ahora cuenta con 8 locales en Barcelona ( Baluard, 38 i 42; Marià Aguiló, 52; Pau Claris, 188; Provença, 279; Muntaner, 363; València, 246; Casanova, 178). Pueden parecer muy grandes, pero son un ejemplo de expansión coherente porque en todos sus locales tienen un obrador del que sale el pan que venden. En esta panadería han encontrado nuevas maneras de preparar el pan de toda la vida, pero aún mejor: trabajan con una tecnología de fermentación de frío positivo, larga y estable, poca levadura y hornos de leña de encina. Si los visitas, no te pierdas su pan de espelta con harina ecológica. Sencillamente, un manjar.
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Triticum
Ronda Sant Antoni, 39. Antigua Fábrica Moritz. Teléfono: 937 566 139
Lo confieso: soy fan de las creaciones de Xevi Ramón y de Marc Martí en Triticum. Cuando dos artistas se unen pasan cosas maravillosas, como lo son sus panes, que no son unos panes cualesquiera, sino los que eligen para sus restaurantes algunos de los mejores chefs de España. Si esos grandes chefs no son capaces de igualar sus panes, por algo será. Cuando se dice eso de “zapatero a tus zapatos”, pues ellos lo mismo, pero con sus panes. En la antigua fábrica de Moritz tienen una pequeña tienda para que no todo se lo lleven los grandes cocineros. Desde allí son fieles a una filosofía de alta fermentación, de harina molida a la piedra y cocida en un horno con suela de piedra. El resultado: obras artesanales, casi de arte, esponjosas y crujientes. Brutal su negro redondo, de centeno y harina de malta negra.
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Forn Ideal
Gran de Gràcia, 207. Teléfono: 932 13 41 49
El hecho de existir desde hace más de 150 años es ya un motivo más que suficiente para estar en esta lista. Se especializan en pan rústico y de payés. Su masa madre es uno de esos secretos de generaciones de la cual se guarda la receta como si se tratara de la fórmula de la coca-cola. Podemos pensar que en el caso del pan los ingredientes son sencillos, pero eso sí, alcanzar la regularidad es un arte.
Turris
Aribau, 158. Teléfono:
En enero de 2008 abría una panadería sencilla con tonos claros y de madera que invitaba a entrar por la pintaza de sus panes, sus palmeras, sus pequeños “besitos” (bollitos de pan de tipo viena que hacen las delicias de los más pequeños) y hasta unos divertidos caracoles (que no caracolas, con antenas y todo) hechos de pan y con trocitos de chocolate.
Hoy tienen un pequeño imperio con 22 obradores en la ciudad de Barcelona y varios en ciudades de los alrededores. Su idea, y bien conseguida, era la de elaborar un buen pan, al margen de que sea rústico o artesano, todos ellos con masa madre. De hecho, ya trabajaban con ese tipo de masa cuando nadie hablaba de ella. Si entras, prueba el pan de payés o la barra; y si quieres innovar, prueba su pan de olivas y nueces. Espectacular si lo tomas tostado – y si no, también-.
Pa de Kilo
Doctor Dou, 12. Teléfono:
¿Eres de los que en medio de la pandemia decidiste en convertirte en maestro panadero? Pues los precursores de este interesante proyecto – Oswaldo Brito y Jordi Mestres también lo hicieron, pero mucho mejor que el resto de los mortales. Esta pareja de ases apuesta por un producto artesano y asequible – un binomio que no siempre va de la mano-. El pan que les da nombre, el pan de kilo, está elaborado con una fermentación lenta y con un 30% de masa madre, dando lugar a piezas con corteza gruesa y muelle denso. Hacen además algo de bollería, pero sobre todo pan, uno de esos que dura varios días sin estropearse y que tostado puede tener una segunda vida.
Oz Natural Bakery
Carrer d’Amigó, 37. Teléfono:
En el obrador de la chef Ronit Stern mandan las masas madre y las fermentaciones largas, las cocciones perfectas y ese mimo, ese cariño especial, con que sabe tratar a cualquier alimento, siempre de Km 0 y casi siempre ecológico. Entre los hits de esta panaderia, gestionada por los mismos que restaurantes top de Barcelona como Auto Rosellón, La Balabusta o Flying Monkey, están su pastel de zanahoria (Carrot cake con butter cream) y sus Brookies (a medio camino entre galleta y brownie) de capa crujiente y corazón untuoso.
Forn Mistral
Ronda de Sant Antoni, 96. Teléfono:
Cuando paso por delante de esta panadería ya solo me sorprendo si no hay cola. En ese caso pienso que no les debe quedar su famoso Pandreu – pan con el nombre de su creador, Andreu Bertrán, que ganó un concurso de panes saludables- y no suelo equivocarme. En Forn Mistral se apuesta por panes tradicionales y con ingredientes reales, sin florituras. Ellos defienden su oficio a capa y espada como un arte frente a la tendencia de años previos en los que el pan prefabricado y sin alma era lo que se llevaba. Ahora parece que la clientela vuelve a poner en valor el papel del panadero como maestro artesano. ¡Bravo!
La Fabrique
Carrer de Radas, 35. Teléfono:
Se trata de una panadería en el barrio del Poble Sec que desde 2012 es una de esas que los vecinos tienen en cuenta ¿por qué? Porque cuando el precio del pan estaba subiendo, su precursor, el francés Yoann Simonte, aseguró que le daría un 15% de descuento a todos aquellos que acreditasen encontrarse en situación precaria económicamente hablando. Toda una declaración de intenciones que no era solo marketing socialista. Simonte aseguró también que quería un negocio sostenible y lo hizo con su horno eléctrico como complemento al de leña, algo que también dio que hablar. Ahora simplemente, y con todas esas premisas, hace uno de los mejores panes de Barcelona.
Fleca Balmes
Balmes, 156. Teléfono:
Más de un siglo ha pasado desde abrió esta panadería y sigue siendo de las mejores. Con la bisnieta de los fundadores al frente, Georgina Crespo, apuesta por dedicar al pan más tiempo y más mimo. Sus hits de venta son el “pa de calaix” (pan de cajón), que lleva harina de centeno, harina molida a la piedra y un poco de harina semi-integral y su “pa de l’avi” (pan del abuelo), que es como su nombre indica, tradicional y sencillo, pero te lo comerías a mordisquitos.
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Forn Elias
Carrer del Freser, 90. Teléfono:
En esta panadería centenaria ya van por la 4ª generación familiar de panaderos, desde 1917. Ahora se trata de mantener todo ese saber hacer, pero adaptarlo a las nuevas demandas del público, algo que hacen muy bien. Tiene por ejemplo opciones de panes con otros cereales más desconocidos como el kamut, la chía, el maíz y el centeno, que es cada vez más popular en todas las panaderías por la posibilidad de incluirlo en dietas más de tipo fitness. Cabe mencionar que Enric Badia, su responsable, se clasificó como el segundo mejor panadero del mundo en las Olimpiadas del Pan de 2021.
Forn Sant Josep
Roger de Lluria, 98. Teléfono:
Esta panadería en pleno ensanche de Barcelona, ganadora de La Espiga de Oro en 2017, bien podría llamarse Sant Jordi, San Quijote, ambos caballeros andantes. Y es que allí elaboran el llamado Pan de Caballeros, ideado como un homenaje a un panadero francés que hablaba siempre de los caballeros del buen pan. Otros de sus productos estrella son la tradicional baguette y el pan de espelta ecológico con cúrcuma, maíz y aceite de oliva. Todos ellos son el resultado de un proceso de elaboración que cambió hace una década, cuando decidieron modernizarse tras su fundación en 1912.
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Forn Baltà
Carrer de Sants, 119. Teléfono:
Todos los vecinos del barrio de Sants conocen este establecimiento que ofrece el mejor pan de la popular barriada desde hace años y años. Pero allí no solo comparten la mejor receta acabada, sino que, además, siguiendo la creciente filosofía del “hágalo usted mismo” o como dicen los anglosajones “Do it Yourself” (DIY), permite comprar todo lo necesario para que cada uno saque el maestro panadero que lleva dentro, en su propia casa.
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