Seis meses para conocer la gastronomía, los productos, la calidad y seguridad alimentaria. Un recorrido sápido por España que podrá probarse in situ o conocerse a través de talleres, exposiciones, catas, debates y conferencias.


Desde el 1 de mayo y hasta el próximo 31 de octubre Milán va a ser la sede de la Expo Universal 2015, tomando el relevo a la que hace cinco años se celebraba en Shanghai.

Bajo el lema “Alimentar el planeta. Energía para la vida”, reúne a 150 países y organismos oficiales entre los que no podía faltar España. El pabellón español ocupa una superficie de algo más de 3.000 metros cuadrados, y quiere reflejar tradición e innovación usando materiales metálicos para evocar el aceite, el vino y la aceituna, además de corcho, esparto y madera de barrica. Se trata de una especie de invernadero vanguardista –fusionado con un hórreo tradicional- desarrollado por el arquitecto Fermín Vázquez, que ha plasmado de esta forma el leitmotiv del espacio expositivo: difundir la gastronomía española, su producción agrícola sostenible y su apuesta por la calidad y seguridad alimentarias. En coherencia con estas propuestas, el pabellón está fabricado con materiales reciclables, es fácil de montar y desmontar y prácticamente reutilizable en su totalidad.

Su objetico es  presentar al mundo una oferta de actividades dirigidas a generar sensaciones en varios frentes. Por un lado, una exposición que nos adentra en la mente de un cocinero, un auditorio y una sala multiusos para exhibiciones de cocina y gastronomía, además de un área comercial con tienda, bares de tapas, terraza-bar y restaurante gourmet, sin olvidar los jardines y un espacio para conferencias y presentaciones. Todo ello forma parte de la oferta de las experiencias dinámicas y activas que se proponen a los visitantes, estimados en cerca de dos millones y medio a lo largo de toda la Expo.

La exposición “El lenguaje del sabor” es uno de los puntos fuertes del programa. Un retrato de la alimentación en España, que hace referencia a la calidad y variedad de productos, la sostenibilidad de los métodos productivos, las virtudes de la dieta mediterránea, la tradición gastronómica y la revolución culinaria que ha convertido a los cocineros españoles en referentes mundiales. Además, la instalación artística “El viaje del sabor”, obra del polifacético Antoni Miralda, propone una reflexión poética mediante maletas de distintos tamaños que permiten un recorrido sápido por el país.

Las diferentes Comunidades Autónomas tienen programadas diversas actividades a lo largo de la muestra, brindando un amplio calendario de eventos en torno a la comida, vertebrados en foros, debates, talleres, catas, presentaciones de productos (aceite, vino, jamón, productos hortofrutícolas y ecológicos, conservas), rutas gastronómicas, ciclos de cine y acciones artísticas y musicales. Todas estas iniciativas incluyen la participación de personalidades destacadas del mundo de la alimentación y la gastronomía, sin olvidar la participación de los mejores chefs del panorama nacional.

            

Los espacios gastronómicos del pabellón están gestionados por el grupo Sagardi, en base a cuatro propuestas diferenciadas. En primer lugar el Bar de Tapas, situado en la terraza exterior del pabellón, sirve tapas frías y calientes, raciones, jamón ibérico, pinchos donostiarras, chacinas, quesos, salazones y encurtidos, además de viandas recién salidas de la parrilla. Por otro lado, Ses Salines concentra la esencia del mar. Durante el día se puede disfrutar en cómodas hamacas del mejor gastro beach club. Tapas, raciones y bodega en consonancia, una oferta que se transmuta por la tarde-noche en coctelería, con música pinchada por unDj.

Las mesas del chef, el mejor hacer de los cocinero, se percibe en El Altillo Restaurante. Platos, productos y sabores de todos los rincones de la geografía española tienen aquí cabida en diferentes recetas enraizadas en la tradición. Por último La Tienda Gourmet es el escaparate con una selección de productos españoles -desde la conservas a las chacinas, los quesos, embutidos, vinos y licores- que los visitantes a Expo Milano podrán adquirir tras su visita.

Destacar asimismo la participación de la organización Slow Food en esta muestra internacional. En consonancia con la filosofía que exhibe la exposición, el mensaje de Slow Food en Milán es que es posible nutrir el planeta con alimentos buenos, limpios y justos sin dejar de lado la biodiversidad. Para hacer llegar este mensaje ha recurrido a la Discover Biodiversity exhibition, espacio interactivo donde los visitantes pueden leer, observar y captar el significado de la necesidad de salvaguardar la biodiversidad. En definitiva, un sistema que mire al futuro y que permita alimentar al mundo de forma sostenible.

Julia Pérez Lozano

Julia Pérez Lozano

Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM. Especialista en gastronomía. Autora de numerosos libros y guías. Trabaja con lo que más le gusta: las palabras y los alimentos.

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