Local de horario amplio con una atractiva oferta: desayunos, tentenpiés, comidas, cenas, cócteles… Cocina sencilla bien elaborada con materia prima de calidad y chispazos de imaginación.


No deja de ser sorprendente que en momentos difíciles como los que vivimos, un grupo de jóvenes profesionales se embarquen en la aventura de abrir un local de hostelería en Madrid (donde los alquileres siguen siendo prohibitivos) y lo saquen adelante con entusiasmo. Ese es el reto de los cocineros Alejandro Peñas y Jesús Lastra y sus socios. Combatir la crisis parece ser su lema. La única forma posible, alargar el horario todo lo que se pueda, dando lugar a un modelo de negocio que combina el bar con el restaurante y la coctelería, todo ello con tintes de casa de comidas y revestido de una elegante informalidad. Así es Tengo, aún en rodaje pero apuntando  buenas maneras. Cocina de mercado, con materia prima de calidad y elaboraciones sencillas pero resultonas que entroncan con la mejor tradición de la cocina española, y alguna pincelada internacional como el guacamole.

En la barra y las mesitas circundantes durante la mañana se sirven desayunos que llaman la atención por la excelencia de los prodcutos: buen pan para las tostadas o las pulguitas; croasanes de mantequilla; excelente café; zumo de naranja recién exprimido… Un conjunto de detalles que parecen evidentes pero que cada vez cuesta más encontrar. El horario se alarga con tentempiés  y tapas hasta llegar al aperitivo, antesala de la comida. Y es ahí cuando empiezan los “tengo” que dan nombre al restauante: una carta cantada –a la vieja usanza- en la que se anuncian las propuestas de cada día. Por ejemplo, sepia con ajilimoji, salmorejo,  Entre las especialidades:  ensaladilla rusa; steak tartar; huevos fritos con pisto;  patatas bravas, con una salsa auténtica, muy bien hecha; una gran hamburguesa… y en breve unas croquetas que se están haciendo esperar. Raciones y medias raciones para compartir y también para que el presupuesto no se desmande. El ticket medio ronda los 25 euros. No conviene irse sin postre: la crême brulèe con vainilla natural es magnífica.

Para los grupos de amigos, La mesa de la Floristería, una mesa para 14 personas que se reserva completa. Y si tienes un capricho, cuéntaselo al cocinero porque seguro que te lo prepara.

Tiene servicio de Take Away 

Juan Bravo, 41. Madrid. 910167288

Julia Pérez Lozano

Julia Pérez Lozano

Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM. Especialista en gastronomía. Autora de numerosos libros y guías. Trabaja con lo que más le gusta: las palabras y los alimentos.

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