Recital de nigiris en una barra con capacidad para 20 comensales. Un menú omakase con pescados poco habituales.
Una barra para seis comensales que invita a viajar en el tiempo por la cocina japonesa a través del arroz en distintas épocas.
Restaurante japonés donde no se prepara sushi. En su carta guisos, brochetas a la parrilla y otras especialidades para compartir, propias de las tabernas izakaya japonesas.
Una ambiciosa apertura que desconcierta. Cocina japonesa contemporánea en una barra para 14 comensales, con un único menú de 40 pases que incluye la ceremonia del té.
Una barra de sushi donde la calidad del producto y la precisión técnica conviven con el más puro espectáculo. Algo insólito en Japón que podremos ver en Madrid Fusión