Recital de nigiris en una barra con capacidad para 20 comensales. Un menú omakase con pescados poco habituales.
Una barra para seis comensales que invita a viajar en el tiempo por la cocina japonesa a través del arroz en distintas épocas.
Restaurante japonés donde no se prepara sushi. En su carta guisos, brochetas a la parrilla y otras especialidades para compartir, propias de las tabernas izakaya japonesas.
Esta es la historia de un japonés de un barrio malagueño donde se come como en Tokio.