Julia Pérez Lozano

Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM. Especialista en gastronomía. Autora de numerosos libros y guías. Trabaja con lo que más le gusta: las palabras y los alimentos.

Publicado 11/03/2022

VALORACIÓN 7/10

En Areia (Marbella) no hay menú degustación, pero sí medias raciones. En este nuevo restaurante de la Costa del Sol manda el cliente, que come como quiere, lo que quiere. Ese es uno de los mensajes que Carlos García Mayoralas (jefe de sala) y Antonio Ruiz León (cocinero) envían con claridad. Abogan por una vuelta a la hostelería más tradicional, en la que el centro sea el comensal.  Por  eso han cuidado todos los detalles para crear un ambiente confortable: sillas comodísimas, mesas con mantel (otra vez), buenas copas, cubertería ergonómica, comedores privados…  Un diseño firmado por el estudio Onlyou Design, todo en tonos blancos, con destellos dorados, que recrean paisajes terrestres y marinos a través del trabajo de varios artesanos locales

Vista parcial de la sala

Calidad antes que proximidad

La apuesta por la naturalidad alcanza también a la propuesta gastronómica.  En Areia (Marbella) se pone el foco en la calidad del producto, no en la proximidad, y de esta forma se desmarcan con su oferta: almejas gallegas, bogavante, erizos, rodaballos…  «Nos interesa ofrecer a nuestros clientes el mejor producto, pero no nos importa que sea andaluz, gallego o francés» explica García. Como la excelente mantequilla que se sirve al mismo tiempo que un AOVE andaluz envasado especialmente para ellos.

Rulo de mantequilla preparado en la mesa a la vista del comensal

Antonio Ruiz  compone elaboraciones complejas en las que intervienen fondos, salsas, guarniciones, aderezos. Platos de corte clásico con algunos giros contemporáneos como los erizos con yema de huevo curada,  plato especial del día, que van mucho más allá de los pescados al horno o la plancha tan populares en los restaurantes de la costa.

Erizos con yema de huevo curada

Art de la table: potenciar el servicio en mesa

Carlos García y Antonio Ruiz se conocieron trabajando en el grupo Dani García donde Carlos García abrió y dirigió BiBo Madrid. Después se fue a poner en marcha  Sadle, referencia indiscutible de la alta cocina clásica en la capital. Con todo ese bagaje y en compañía de su compañero ha vuelto para convertir Areia (Marbella) en una de las aperturas de la temporada.

Carlos García Mayoralas y Antonio Ruiz

Cocina de mercado acompañada de una buena bodega seleccionada según las afinidades con la carta y la clientela. Y servicio en la mesa con platos señalados en la carta como Art de la table: steak tartar (29 €), jarrete al estilo Santi Santamaría (36€) o cordero cocinado “a la arcilla” (32€)  o la tarta Alaska (12 €) que permiten que el equipo de sala con García al frente se luzca ante el comensal y recuperan una tradición tan vistosa como elegante. Por su situación, en el casco urbano de Marbella, y el estilo de su propuesta gastronómica, el nuevo restaurante se perfila como uno de los imprescindibles para quienes viven y trabajan en la Costa del sol.

Vista parcial de la sala

Una carta escueta

Cuando en el centro está el comensal, se trata de no fallar. De hacer muy bien lo que se sabe hacer. Y ganar la batalla de la regularidad. Por eso la carta es corta y las raciones cumplidas. El marisco domina los entrantes: ostras (6 € la unidad), almejas gordas (18€), anchoas del Cantábrico (9 € la unidad), quisquillas de Motril (29€)…  Tampoco faltan las verduras como los guisantes del Maresme con caldo de jamón ibérico y Tuber melanosporum (29€), plato tan sabroso y reconfortante como los erizos.

Guisantes del Maresme con Tuber Melanosporum

Otra receta reseñable es la de alcachofas, confitadas y en chips con huevo a baja temperatura y consomé de jamón (22€), única nota reprochable ya que el mismo caldo es el que acompaña a los guisantes.  Aún así, es un plato ganador que invita a volver. Perfecto el punto de los huevos, la textura de la alcachofa confitada y la fritura crujiente de las láminas.

Alcachofas con huevos a baja temperatura

En el apartado de guisos, junto con unos callos y morros con garbanzos, aparecen los fideos gordos con marisco (19€) que resultan  faltos de gracia, y de caldo, aunque mejoran cuando en la cucharada cae un tropezón de langostino o almeja, una vez sacadas de sus conchas.

Guiso de fideos gordos y marisco

Tradición con una vuelta

Siguiendo con la línea de platos clásicos o tradicionales a los que Ruiz da una vuelta de tuerca, están las albóndigas de presa ibérica con foie gras, boletus y trompetas de la muerte (24€) ¡deliciosas! Se sirven con patatas fritas cortadas en cuadraditos, al estilo casero. Una salsa untuosa y bien trabada en la que apetece mojar patatas o pan. Sabores reconocibles, en una cocina que va un poco más allá al utilizar ibérico en lugar de ternera y añadir setas a la salsa. La presa es la pieza ideal  ya que aporta jugosidad sin exceso de grasa.

Albóndigas de presa con salsa de setas y patatas fritas

Y aprovechando que aún es temporada el bacalao se prepara sobre guiso de setas, puerros y piñones (28€), plato de vocación mediterránea a pesar de estar elaborado con pescado seco.

Bacalao con puerros, setas y piñones

La carta de postres también es escueta y rotundamente clásica: tocino de cielo, arroz con leche, torrija (todos 10€) y tarta Alaska en una versión libre con frambuesas y yogurt.

*Fecha de la visita: 11 de febrero de 2022

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