El encanto de comer en el campo. El cocinero José Antonio Medina elabora sabrosos platos de caza en un paraje manchego cercano a Valdepañas.

DIRECCIÓN: Paraje Las Tejeras Viejas Torre de Juan Abad (CIUDAD REAL) .ESPAÑA

CONTACTO: 649 84 29 01   https://hotelcotodequevedo.com/el-restaurante/menu-raices-y-menu-recuerdos-y-memoria/


PRECIO MEDIO: De 100 € a 120 €

MENÚ DEGUSTACIÓN: 100€

TIPO DE COCINA: Contemporánea

DÍAS DE CIERRE:Lunes comida, Lunes cena, Martes comida, Martes cena


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MENÚ: 75€

MENÚ DEGUSTACIóN: 100€


APROPIADO PARA: Para ir en pareja, Comida de negocios, Con amigos, Entorno rural

TIPO DE DECORACIÓN: Contemporánea



Julia Pérez Lozano
Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM. Especialista en gastronomía. Autora de numerosos libros y guías. Trabaja con lo que más le gusta: las palabras y los alimentos.
VALORACIÓN 6.5/10

Enclavado en el Campo de Montiel, en el corazón de La Mancha, El Coto de Quevedo (Ciudad Real), es un restaurante inusual no solo por su singular emplazamiento en medio de la llanura solitaria, también por  buen nivel culinario de la oferta, o por su perfecta imbricación dentro de un hotel rural frecuentado por cazadores. ¿De quién se nutre un restaurante con un menú degustación de alta cocina en un lugar apartado como es éste? ¿Quién llega hasta aquí para comer o alojarse? ¿Es viable económicamente una propuesta como esta?

 

Alta cocina en la llanura

Las preguntas se despejan cuando comienzan las explicaciones. «Mi familia regenta varios cotos de caza. Los cazadores durante años iban a comer al restaurante del hostal  de mi familia Hermanos Medina, donde yo aprendí a cocinar con mi madre. Ahora la clientela ha crecido y se reparte, muchos vienen al hotel y quieren probar mi cocina. La estrella Michelin nos ha ayudado mucho» explica Medina. Toda la historia de este lugar gira en torno a la caza, las vedas y la cocina cinegética, legado que su familia gestiona desde hace décadas. Al observar desde los ventanales del comedor, rodeados por una inmensa llanura salpicada de cabezos, se siente una extraña y reconfortante paz, como si se conectara con la naturaleza.

El espacio es elegante, amplio, luminoso, decorado con elementos rurales del entorno que le confieren carácter y verdad. Todos los detalles están cuidados: la lencería, las copas, los pequeños arreglos florales. El otoño es la época perfecta para desplazarse hasta Torre de Juan Abad, el pequeño municipio al que pertenece el complejo, que cuenta además con otro restaurante Origen, especializado en cocina tradicional con un menú a 35 euros y una carta con propuestas tentadoras:  lentejas con pato, alubias con perdiz, arroz meloso de liebre…

 

José Antonio Medina El Coto de Quevedo (Ciudad Real)

 

Formato miniatura

Los aperitivos que se ofrecen de bienvenida quieren dejar claro al comensal lo que va a encontrarse.  En la recepción ya le han preparado un aromático vermut para abrir el apetito. El repertorio de bocaditos, en los que Medina hace gala de técnicas aprendidas con Iván Cerdeño. Miguel Carretero y Juan Carlos Fuentes, comienza con un embutido de cabeza de jabalí bastante logrado; le sigue un consomé frío de tomate al tomillo, homenaje al mojete manchego;  y una croqueta de galianos con carne de caza. Territorio y tradición: un comienzo prometedor.

 

El menú prosigue con más miniaturas que el propio Medina prepara en una barra como si fuera la mesa de pase, una manera de tener contacto directo con el cliente. Es sutil la espuma de paté de de caza sobre tartaleta crujiente; goloso el guiso de rabitos de cerdo con judías blancas; sabroso el steak tartar de lomo de cierva con emulsión de mejillones en escabeche;  y profundo el buñuelo de queso manchego ¡Vamos bien!

 

 

Con las bases asentadas, el menú de El Coto de Quevedo (Ciudad Real) continúa en la mesa. Tras la llegada de los panes, aparentes pero poco convincentes, comienzan las inacabables explicaciones de la sumiller, más pendiente de lucirse que de atender los deseos del comensal. Suerte que la camarera siempre sonriente se desvive por agradar.

 

¿Cómo contar lo que se quiere contar?

En la ensaladilla de trucha del río Mundo con codorniz en escabeche destaca la potente elegancia del aliño. El plato de conejo de monte con erizo de mar, berenjenas de Almagro y velouté de judías verdes, descoloca. Demasiados ingredientes inconexos. Pero el  canelón relleno de pato azulón guisado en salsa carbonara con tallarín de calabaza y crujiente de queso Manchego nos devuelve a la zona de confort, a pesar de la presencia inexplicable de la anguila ahumada.

 

 

Medina se expresa mejor en el formato pequeño,  donde uno o dos ingredientes bastan para contar lo que se quiere contar.  Cuando se adentra en la dimensión del plato principal, se siente obligado a agregar,  lo que le conduce en ciertas ocasiones a un rebuscamiento innecesario. Cuando los ingredientes son buenos y se sabe cocinarlos no hace falta más: territorio y tradición quedan plasmados.

 

El coto de Quevedo (Ciudad Real)

 

Es una lástima que se utilice un bacalao desalado, sin carácter ni chispa, para acompañar un magnífico  guiso tradicional de careta y morro de cerdo. Una oportunidad perdida. El cordero manchego asado, adobado con salsas de ostras, con crema de coliflor y chocolate blanco y ajo negro de Las Pedroñeras es más convincente, pero se resiente de una complejidad forzada.

Los postres no logran mantener el nivel de la cocina salada, tal vez por una evidente falta de técnica que reduce los platos dulces a cremas y helados. Tanto la crema de boniato asado con helado de vainilla como la  crema de limón y helado de limón al merengue de remolacha, repiten esquema creativo y ponen el punto final a un menú con altibajos en un lugar El coto de Quevedo que por su singularidad merece una oportunidad.

 

Fecha de la visita: agosto 2023

Formación en gastronomía: cursos online

 

Menciones y reconocimientos

1 estrella Michelin
1 sol Repsol

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