Fernando Calero Gil

Publicado 25/01/2024

VALORACIÓN 6.5/7

Lalopez no es exactamente un bar, como reza su nombre, más bien se trata de una pequeña casa de comidas, de un lugar de tapeo sin pretensiones, ubicado dentro del Mercado de Antón Martín, en el que se come francamente bien.

Allí cocina en solitario Sergio Mayor, que se formó, entre otros sitios, en un restaurante tan prestigioso como el recién cerrado Viridiana.

Su peculiar trayectoria le ha llevado a ser cocinero de David Guetta o a trabajar en el programa Supervivientes de televisión, algo que no le ha hecho perder el buen tino a la hora de cocinar.

El espacio que ocupa Lalopez es pequeño y algo incómodo, al estar en el centro del mercado. El servicio es también muy informal, llevado por una sola persona, la pareja de Sergio. Ella, sin experiencia previa en hostelería, es sorprendentemente solvente, sabiendo recomendar cantidades y vinos de forma clara y directa, ayudando al comensal a elegir de forma acertada.

La carta de vinos sorprende y es más que suficiente para el lugar, con algunas propuestas notables y otras con buena relación calidad – precio.

Entre los entrantes de la breve carta destaca el tomate confitado en miso, un plato delicado y que ya se ha convertido en uno de los más populares de este “bar”.

La ensaladilla rusa cremosa es muy demandada y está rica, pero no cumple las altas expectativas que generan los comentarios sobre ella. La textura y la presentación, desbordando el incómodo plato, se nos antojan mejorables.

1.- Tomate confitado en miso. 2.- Ensaladilla rusa. 3.- Arenques del Báltico con aguacate y mango. 4.- Croqueta de chorizo

Una combinación “resultona” es la de arenques del Báltico marinados con aguacate, mango y menta, bocado agradable y fresco. Un acierto.

Las croquetas de talo de txistorra, suaves y cremosas, se presentan en unos cuencos con forma de manos que invitan a usar las mismas para comerlas. Un bocado imprescindible en la comanda que demuestra el buen hacer en la cocina.

Entre los platos con más enjundia destaca el curry de cangrejo de concha blanda en tempura. El cangrejo se sirve primero, para que no pierda su textura, añadiéndose el curry en la mesa. La salsa está muy bien trabajada, con muchos matices dulces, ácidos, salados y ligeramente picantes. Parece ser que Sergio ya se encargaba de hacer las lentejas al curry, por encargo de Abraham García, en Viridiana.

Están muy logradas también las albóndigas estofadas al Oporto, un guiso más tradicional que agrada e invita a mojar en la salsa.

1.- Curry de cangrejo de concha blanda en tempura. 2.- Albóndigas estofadas al Oporto. 3.- Aguachile. 4.- Tiramisú

Con más riesgo, pero saliendo airoso, el cocinero prepara un aguachile con vieiras. Esta salsa mexicana es fresca, cítrica y ligeramente picante. Las vieiras laminadas se ven realzadas en el conjunto, que se corona con kumquat y jalapeños.

Para acabar ofrecen un único postre. Se trata de un tiramisú montado al momento, excusa perfecta para saludar al campechano cocinero cuando por fin sale de su pequeña cocina. El resultado es equilibrado, no excesivamente dulce, con una textura excelente.

Si a todas las bondades expuestas sobre la cocina de este lugar, se le añaden unos precios más que razonables, se entiende perfectamente su éxito y lo difícil que es conseguir mesa.

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