Ambiente ochentero, que hace un guiño a la movida madrileña, y oferta gastronómica singular.
Buen producto, calidad, originalidad y creatividad en pleno centro sevillano.
Referencia indiscutible de la cocina aragonesa, el restaurante de Carmelo Bosque, sigue apostando por la cocina de temporada y el buen producto. Durante el invierno, la trufa negra es la estrella del menú, pero el resto del año llaman la atención las novedosas combinaciones de ingredientes.
El restaurante de Javier Estévez abre un nuevo horizonte para la cocina con productos de casquería. En un ambiente informal logra dar carácter contemporáneo y cosmopolita a recetas con vísceras y despojos
Apenas lleva un mes abierto y registra llenos cotidianos. No es para menos, podría pensarse, después de que sus propietarios, Santiago Pedraza y Carmen Carro han empleado dos años en recorrer nuestro país en busca de productos especiales.