A pesar de la pandemia en Madrid no paran de inaugurarse establecimientos. El último ha sido este cosmopolita wine bar donde se pueden beber grandes vinos por copas.


Con una ubicación privilegiada frente a la Puerta de Alcalá, una oferta si parangón que incluye 50 vinos por copa –en una selección enciclopédica donde no faltan etiquetas legendarias– y un equipo de siete jóvenes sumilleres cualificados, Berria Wine Bar (Madrid) es la apuesta más ambiciosa que ha visto la capital en el ámbito de la restauración consagrada a la cultura del vino.

Aún cuando las autoridades aceleran el ritmo de las vacunaciones, temiendo la llegada de la cuarta ola del maldito COVID, la hostelería de Madrid sigue saliéndose del molde y sorprendiendo a propios y extraños con nuevas aperturas, a cual más sonada.

La última y más espectacular –también por la discreción con la que se ha gestionado: la rumorología no ha funcionado en este caso– es sin dudas la de Berria Wine Bar (Madrid), un wine bar como nunca se ha visto en esta ciudad.

Y no porque no los haya: que los hay y muy buenos, empezando por Angelita, La Fisna, La Caníbal de Lavapiés, la barra de Lavinia, Cuenllas, Cedrón y muchos otros que ya en Gastroactitud hemos reseñado y aplaudido.

Pero sin restar mérito a nadie hay que reconocer que Berria Wine Bar (Madrid) tiene otra dimensión. En primer lugar por su emplazamiento, en la misma Plaza de la Independencia. El local, además de amplio y diáfano,  con enormes cavas a la vista, dispone de una confortable terraza con vistas al parque del Retiro. Lo cual es de por sí un reclamo, para cualquiera que pulule por la villa con sed de buen vino.

 

Cavas diseñadas a medida

La propietaria, Gabriela Alcorta, que también es decoradora y trabajó en el sector del lujo antes de dedicarse a la restauración, tenía claro que necesitaba un local muy especial para poner en marcha su idea de crear «un wine bar cosmopolita como los que triunfan en Londres o Nueva York, donde puedes probar por copa los mejores vinos del mundo y descubrir al mismo tiempo pequeñas joyas elaboradas por viticultores de culto de viñedos remotos».

La pandemia tiene estas cosas: así como algunos restaurantes han tenido que echar el cierre ante la crisis que trajo el virus, otros han encontrado su oportunidad en esta coyuntura.

En este caso, fue el japonés Tahini el que debió despedirse, dejando libre el local que Alcorta anhelaba para su proyecto en el número 6 de la Plaza de la Independencia. Una vez hallado el espacio, la mentora de Berria  WIne Bar concretó el interiorismo –junto al estudio Sol & Roll– en un estilo de líneas puras, más sobrio de lo que lucía Tahini, poniendo el acento en las cavas diseñadas a medida por Félix Juan Vizcaya.

Una de ellas corona en alto toda la barra del bar luciendo medio millar de botellas, mientras las otras dos se encuentran en la planta superior, aunque se aprecian desde el comedor (son acristaladas y permiten vislumbrar los tesoros que protegen). Una está destinada a los vinos espumosos y tiene capacidad para 250 botellas y la otra alberga cerca de 1700 vinos tranquilos.

 

Berria Wine Bar cava de la barra

La cava de la barra del bar, con capacidad para 500 botellas

 

Referencias míticas

Con esta capacidad, Berria Wine Bar (Madrid) se permite ofrecer a su clientes una carta de vinos de auténtica gala: nada menos que 50 vinos por copa y un millar de etiquetas diferentes que rotan de manera dinámica.

El sistema Coravin permite darse el lujo de tomar una copa (12 cl) de Château de Yquem 1997 (90 euros) o Rumbo al Norte 2017 de Comando G (90 euros), aunque también hay alternativas más asequibles, como el blanco de Rueda Garcigrande Anier Verdejo (5 euros), el delicioso Oporto blanco de 10 años de Niepoort (11 euros) o la Manzanilla Valdespino Deliciosa en Rama (5 euros).

Todo ello, servido en 12 modelos de copas enológicas de las marcas Riedel y Zalto, acorde a cada tipo de vino.

Berria Wine Bar cava de vinos tranquilos

La cava destinada a vinos tranquilos, que puede albergar 1700 botellas

 

La ilusión de un equipo jóven

Lo mejor de todo, sin embargo, es el joven equipo de sumilleres, que aún con el poco rodaje ya en los primeros días ha conseguido que la visita a Berria Wine Bar sea una experiencia tan gratificante para cualquier amante del vino con ganas de aventurarse en nuevos descubrimientos.

Tomás Ucha Altamirano, que recogió experiencia en Mugaritz y Les 110 de Taillevent de Londres, ha asumido a sus 28 años el desafío de liderar este proyecto rodeándose de compañeros con los que parece compartir ilusión y esfuerzo: Mario Ayllón, Genaro Gallo y Oliva Ridruejo (jefa de sala) también proceden de Mugaritz (Guipúzcoa); Daniel Teruel, de Nakeima y Roostiq (Madrid); Rafael Sevilla, de Clos (Madrid); Ana Gelado, de Kapo y Lavinia (Madrid); y Chabier García, de Triciclo (Madrid).

«Cuando vi el local lo tuve claro: un wine bar de nivel internacional, como los grandes de Londres –cuenta Tomás, entusiasmado–; mi idea es tener una carta viva, donde los vinos roten; tengo libertad y capacidad para gestionar a mediano plazo una bodega de 4.000 botellas».

Berria Wine Bar equipo de sumilleres

El equipo de sumilleres de Berria Wine Bar. En el centro, Tomás Ucha.

 

Quien se sorprenda por el nombre de algunos de los apartados de la carta de vinos –Las Dunas, Salinos– debe saber que la recurrencia marina viene a cuento porque el nombre de Berria hace referencia a una playa cántabra (aunque el término también significa «nueva» en euskera).

La parte sólida

Por fin, como no puede concebirse en España un buen bar de vinos sin una gastronomía que esté a la altura, Berria también ha tenido en cuenta la parte sólida.

Pero aquí la propiedad no ha querido rizar el rizo con elaboraciones complejas, apostando por valor más seguro de las buenas materias primas, tratadas con respeto y sencillez por la cocina.

Así, entre copa y copa, desfilan en las mesas gildas clásicas, anchoas de Santoña, jamón ibérico de Montellano, tablas de quesos con interesantes combinaciones (las propuestas son de Chabier García, experto fromelier), carnes del proveedor Luismi, platos de pescado… También postres golosos que difícilmente compitan con los vinos dulces, ¡aún más golosos! La gran experiencia enogastronómica está servida, junto a la Puerta de Alcalá.

 

Berria Wine Bar

Plaza de la Independencia, 6
Tel. (34) 664 864 322

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Federico Oldenburg

Federico Oldenburg

Periodista especializado en vinos y destilados, colaborador de numerosos medios internacionales y jurado de los más prestigiosos certámenes vinícolas.

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